En un discurso contundente, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, exhortó a los milicianos indígenas a estar «bien armados» y organizados para proteger la «paz y la convivencia» de Venezuela. Esta declaración fue realizada durante un acto en conmemoración de los 532 años del 12 de octubre, una fecha que marca el inicio de lo que Maduro describe como la «invasión y genocidio» en América.
La Milicia Nacional Bolivariana, destacada como un componente especial de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) desde 2020, incluye entre sus filas a la milicia india, a la cual Maduro dirigió sus palabras en un contacto telefónico. Subrayó la importancia de que estos grupos estén «bien organizados, disciplinados y bien armados» para proteger la tierra de cualquier amenaza.
Además, el mandatario dirigió instrucciones claras a Clara Vidal, Ministra de Pueblos Indígenas, para rescatar los idiomas autóctonos y asegurar así «la continuidad de la cultura» de quienes denomina «los verdaderos dueños de estas tierras». De igual modo, enfatizó la necesidad de fortalecer los programas de vivienda, salud y educación en estas comunidades y de trabajar en la «organización de la juventud indígena».
El acto conmemorativo de Caracas congregó a más de 1,000 personas, entre ellas, numerosas autoridades chavistas. Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, calificó el «genocidio perpetrado por el imperio español» como «más cruel, inhumano y brutal» que otros crímenes históricos.
Esta manifestación ocurrió en un contexto tenso, dado el reciente llamado del Legislativo venezolano al gobierno español a abolir la monarquía. El gobierno venezolano, al considerarla una «expresión de la ultraderecha» y vinculada a la corrupción, instó igualmente a romper relaciones diplomáticas con España.
El gobierno de Maduro también mantiene su postura de que España debería «pedir perdón todos los días» por las acciones del siglo XV, y denuncia las «nuevas corrientes fascistas y racistas» que pretenden «minimizar las atrocidades» de la colonización. Se hace un llamado a «mantener viva» la historia de resistencia indígena y a establecer canales efectivos para lograr el «reconocimiento, la justicia y la reparación» de estos crímenes de lesa humanidad.
En este clima de celebración y reclamo, las voces oficiales venezolanas buscan reforzar no solo la memoria histórica, sino también la unidad y defensa de las comunidades indígenas dentro del contexto político actual.