El prestigioso Forum 2000, una iniciativa creada en 1997 por el ex presidente checoslovaco Václav Havel, ha concedido su renombrado Galardón a la Valentía y Responsabilidad a la abogada venezolana Rocío San Miguel, actualmente privada de libertad. Este reconocimiento llega en un momento crítico tanto para San Miguel como para la situación política en Venezuela.
Rocío San Miguel Sosa es ampliamente reconocida como una de las expertas más experimentadas en asuntos militares y de seguridad de Venezuela. Su labor a través de la ONG Control Ciudadano ha resaltado notablemente. Dicha ONG se dedica a supervisar la seguridad nacional, la defensa y las fuerzas armadas, así como los compromisos de Venezuela en relación con el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). A pesar de sus valiosas contribuciones, ha sido encarcelada por el régimen de Nicolás Maduro, en un intento por silenciar su voz, según declaraciones del director del foro, Jakub Klepal.
La detención de San Miguel se produjo el pasado febrero, cuando agentes de seguridad la mantuvieron incomunicada durante 10 días en El Helicoide de Caracas. Este acto ha sido ampliamente condenado por varias organizaciones de derechos humanos. Entre ellas, Amnistía Internacional, Provea y el Frente Amplio de Mujeres han exigido su liberación inmediata, apoyados por una medida cautelar emitida por la CIDH.
En respuesta a su detención, la abogada Tamara Sujú, fundadora de la organización venezolana Nueva Conciencia Nacional y actualmente refugiada política en Chequia, recibió el galardón en nombre de San Miguel. La ceremonia fue presidida por Milos Vystrcil, presidente del Senado checo, quien entregó el reconocimiento.
El Forum 2000, que celebra su XXVIII edición, busca perpetuar el legado de Havel al promover los valores democráticos, los derechos humanos y apoyar el desarrollo de la sociedad civil, junto con la promoción de la tolerancia religiosa, cultural y étnica. En este marco, la valentía y el compromiso de San Miguel no pasan desapercibidos, simbolizando una resistencia activa ante las represiones y una defensa incansable de los derechos fundamentales en Venezuela.