La reciente rehabilitación del Centro de Diagnóstico Integral (CDI) Villas del Pilar, inaugurado el pasado 12 de octubre, ha suscitado un profundo descontento en la comunidad. A solo tres días de su apertura, los ciudadanos denuncian que los servicios prometidos no están disponibles, dejando a miles de familias sin acceso a la salud pública.
A pesar de que Yelitza Ortíz, autoridad Única de Salud en la región, había afirmado que el CDI garantizaría atención gratuita a más de 81.000 habitantes, los usuarios han constatado una alarmante falta de recursos. Según denuncias de la comunidad, no hay reactivos para realizar exámenes de sangre, limitando las opciones a solo exámenes de orina. Esta situación se suma a la decepción generalizada ante la ausencia de especialistas y la falta de insumos en un centro que se suponía estaría preparado para ofrecer atención de calidad.
Un testimonio impactante proviene de una señora que, el domingo, se presentó en el CDI en busca de atención y se encontró con una realidad desconcertante: “Ni gasa hay”, expresó, reflejando la frustración de muchos que esperan un servicio básico en un centro recién inaugurado. A solo un día después de la reinauguración, esta situación no solo es inaceptable, sino que representa una burla y una falta de respeto hacia el pueblo que fue convocado a celebrar con bombos y platillos.
El proyecto de rehabilitación del CDI, ejecutado con recursos del Consejo Federal de Gobierno (CFG) y la Alcaldía de Araure, prometía no solo mejoras en la infraestructura, sino también la dotación de equipos de alta tecnología. Sin embargo, los testimonios de los usuarios reflejan un desbordante escepticismo: “No hay nada de lo que prometieron. Vamos a preguntar por los servicios y solo encontramos excusas”, comentó un afectado.
Además, las quejas sobre la falta de atención especializada, como endocrinología y odontología, y la afirmación de que solo se ofrece medicina general y emergencias, han dejado a la comunidad en un estado de impotencia y frustración.