El 14 de octubre, Lang, un entusiasta del parapentismo, inmortalizó un momento inusual desde los cielos de El Cairo. Durante su vuelo, logró capturar la increíble escena de un perro descansando en la cima de una de las pirámides. Las nuevas imágenes muestran al can descendiendo con agilidad, llegando finalmente a la base de la icónica estructura egipcia. Este inusual evento ha capturado la atención de todos, destacando la capacidad de sorpresa que aún encierran los monumentos milenarios de Egipto.
La difusión de estos videos ha provocado reacciones diversas, desde la curiosidad hasta el asombro, subrayando una vez más cómo el antiguo paisaje egipcio puede proporcionarnos historias inesperadas y momentos para reflexionar sobre la convivencia entre la historia y lo cotidiano.