Max Castillo, el as de la rotación de los Cardenales de Lara, brilló en la lomita en una noche memorable donde su equipo venció contundentemente 8-0 a los Tiburones de La Guaira. Este hecho extraordinario ocurrió el viernes en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto, en lo que fue una exhibición digna de recordar.
Castillo, intraficable durante siete episodios, logró silenciar los bates de los Tiburones al no permitir ni hits ni carreras. Su actuación incluyó apenas un boleto y cuatro ponches, ganándose así su segunda victoria en lo que va de la temporada.
El espectáculo en la lomita no fue obra exclusiva de Castillo. Los Cardenales estuvieron a un out de completar un No-Hitter combinado, esfuerzo que fue complementado por los relevistas Brian McKenna y Yosber Sánchez. Este logro casi perfecto resalta la fortaleza del cuerpo de lanzadores del equipo crepuscular.
Por su parte, la ofensiva larense también mostró su músculo, destacando las actuaciones de Yeiner Fernández y Jermaine Palacios, ambos con dos carreras remolcadas, sosteniendo el liderazgo del equipo a lo largo del partido.
Este contundente triunfo permite que los dirigidos por Henry Blanco mejoren su récord a 4-2, manteniéndose en la pelea en el torneo. En cambio, los Tiburones de La Guaira ven su marca ajustada a 4-3 tras este enfrentamiento.
Mirando hacia el futuro, los Cardenales de Lara se preparan para enfrentar de visitantes a los Navegantes del Magallanes en Valencia este sábado. Paralelamente, Tiburones buscará rehacerse y regresar a la senda del triunfo en su próximo encuentro contra las Águilas del Zulia.
Este encuentro no solo representa una importante victoria para los Cardenales, sino también la promesa de un equipo que busca consolidarse en las primeras posiciones con actuaciones tan dominantes como la que lideró Max Castillo.
