En un notable caso ligado a las manifestaciones postelectorales en Venezuela, José Rafael Terán Berbeci, hijo del reconocido empresario Julián Terán, enfrentará un juicio acusado de terrorismo tras ser relacionado con la destrucción del monumento del Indio Coromoto en Guanare el pasado 29 de julio. La audiencia preliminar se llevó a cabo este miércoles 16 de octubre, mediante una videoconferencia desde la sede de Guanare del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
El Tribunal de Control 3 del Área Metropolitana de Caracas, con competencia en delitos de terrorismo, admitió la acusación presentada por el fiscal 43. El tribunal reafirmó la medida de privación de libertad que pesa sobre Terán Berbeci desde su captura el 3 de agosto, ordenando además la apertura de un juicio oral y público.
Acusado de obstrucción de vías, terrorismo, incitación al odio y daño a la estructura, Terán Berbeci es visto como un actor clave en la mencionada protesta. En redes sociales, circuló el rumor de que proveía instrumentos metálicos para derribar la estatua, un hecho que lo ha mantenido bajo escrutinio público.
José Rafael Terán es el único individuo de su categoría que permanece recluido en un centro de detención preventiva de Portuguesa, mientras que más de 50 detenidos fueron trasladados a cárceles en Yare y Tocorón. Sin embargo, los cinco adolescentes involucrados en el caso recibieron medidas cautelares y fueron excarcelados a finales de agosto.
Este trato diferencial ha despertado inquietudes entre los familiares de los otros procesados, quienes permanecen en penales distantes de sus hogares. Las madres de aquellos retenidos exigen trato igualitario, reclamando que sus hijos enfrentan condiciones injustas y apartadas de sus familias. «Queremos un trato igual para todos los presos, queremos que no haya preferencias», manifestó una de ellas en entrevista con El Pitazo.
El desenlace de este caso sigue siendo observado con atención, ante el contexto de tensiones políticas y sociales en Venezuela.
