La huelga de hambre que inició el pasado lunes 21 de septiembre, llegó a su fin, tras una visita del General a los detenidos. Este se comprometió a mejorar la calidad de los alimentos que reciben, constatando personalmente las deficiencias del menú actual que carece de las calorías adecuadas, proteínas, grasas y frutas esenciales para una nutrición balanceada.
Durante su visita a las instalaciones, el General también prometió reparar las instalaciones eléctricas. La ausencia de electricidad en un recinto en obra gris afecta gravemente las condiciones de vida de los reclusos. Además, aseguró que trabajará para garantizar el suministro continuo de agua potable las 24 horas, evitando así el uso de agua turbia que ha provocado diversas enfermedades entre los internos.
Los familiares expresaron al Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) que los detenidos solicitaron el ingreso de una cocina para que las familias puedan proporcionar alimentos frescos. También pidieron la instalación de ventiladores en las celdas, ubicadas en un galpón con techo de zinc, ya que las altas temperaturas deterioran rápidamente los alimentos llevados durante las visitas.
Una de las peticiones más urgentes es la reubicación de 72 presos civiles, quienes actualmente comparten espacio con militares en centros no adecuados para delitos comunes. El General Ojeda se comprometió a gestionar su traslado con el Ministerio de Servicio Penitenciario, a pesar de que los civiles están en un recinto militar bajo su mando. Los familiares explican que estos presos están abandonados, enfrentando condiciones lamentables, como una alimentación deficiente y limitadas oportunidades de comunicación con el exterior.
Tortura psicológica nocturna
Aunque no se evidencian golpes físicos, los detenidos sufren tortura psicológica al no poder descansar adecuadamente. La Guardia Nacional, bajo el mando del mayor Abad Zambrano, aplica medidas de presión al mantener música a volúmenes ensordecedores y faros encendidos durante toda la noche, impidiendo el descanso necesario. Este tipo de tortura es calificada por los familiares como inhumana y una clara violación de los derechos humanos.
El OVP destaca que este centro de reclusión incumple con estándares internacionales para la protección de derechos humanos. La situación requiere la intervención urgente de organismos nacionales e internacionales para asegurar el cuidado y bienestar de los reclusos, conforme a los principios establecidos en la Constitución.
En conclusión, tanto familiares como organizaciones de derechos humanos instan a una acción inmediata para remediar las deplorables condiciones de los detenidos, cumpliendo con las promesas realizadas y abordando todas las preocupaciones relacionadas con sus derechos fundamentales.
Cortesía OVP