En el Centro de Formación para Procesadas Femeninas La Crisálida, ubicado en Los Teques, estado Miranda, la situación de las mujeres privadas de libertad se ha tornado alarmantemente precaria. Recientemente, se ha reportado el contagio de piojos entre las internas debido a las inadecuadas condiciones de higiene. En cada celda conviven entre 15 y 18 mujeres, y se les proporcionan apenas dos tobos de agua para sus necesidades básicas, lo cual incluye bañarse, cepillarse y lavar su ropa, según el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
El racionamiento del agua ha obligado a las internas a turnarse para lavarse el cabello, lo que les ha llevado a adoptar medidas extremas en su aseo personal. La desesperada falta de higiene ha derivado en el contagio de piojos, mientras que las custodias del recinto no permiten la entrada de champús antipiojos, según denuncian los familiares.
La situación sanitaria se agrava con la existencia de letrinas cercanas a las celdas, factor que ha desencadenado casos de infección urinaria entre las detenidas. Asimismo, las mujeres enfrentan un suministro alimenticio deficiente. Los reportes indican que las comidas, que en ocasiones incluyen arepa dura con mortadela, carne molida o arroz con auyama, llegan a contener cabellos, saliva o están en estado de descomposición.
Mala Alimentación y Vulneración de Derechos
Familiares preocupados han notado que las mujeres se ven más delgadas en cada visita quincenal. Humberto Prado, director del OVP, subrayó que el Estado venezolano ofrece un trato cruel e inhumano a las mujeres privadas de libertad, y recordó los derechos fundamentales que estas deben tener garantizados, tales como el derecho a la vida, a la dignidad, y a la integridad personal.
Las mujeres detenidas en La Crisálida también enfrentan condiciones de alojamiento deplorables. Se les ha otorgado colchonetas delgadas que no amortiguan los tubos de las literas, lo que ha obligado a algunas a dormir en el suelo. En un preocupante registro de desorden carcelario, se reportaron dos traslados recientes de mujeres detenidas al Instituto Nacional de Formación Femenina (INOF), ambos sin confirmación oficial del Ministerio para el Servicio Penitenciario.
Revisiones Humillantes y Denegación de Derechos Humanos
A las parientes que visitan a las internas se les somete a vejatorias requisas, obligándoles a desnudar, saltar y abrir sus partes íntimas. Estas acciones son parte de un ambiente hostil, donde las autoridades penitenciarias limitan el contacto humano y la dignidad de las visitantes.
El OVP destaca que bajo las normas actuales, el Gobierno de Nicolás Maduro incumple con múltiples instrumentos internacionales de derechos humanos que protegen a las mujeres, incluyendo los Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad de las Américas y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw).
Prado hizo un urgente llamado a las autoridades a respetar los derechos humanos y la dignidad de las mujeres privadas de libertad en Venezuela, instando a cumplir con el mandato constitucional que asegura un sistema penitenciario que garantice la rehabilitación y el respeto de los derechos humanos. Estos reportes ilustran una preocupante realidad que demanda atención inmediata para salvaguardar la integridad y el bienestar de las mujeres detenidas en el país.
OVP