Venezuela ha dado inicio a un ciclo de vacunación de su ganado contra la fiebre aftosa, un esfuerzo que se extenderá hasta el 15 de diciembre, con el objetivo de obtener el reconocimiento como país libre de esta enfermedad y así abrir las puertas hacia mercados internacionales. Este anuncio fue realizado por la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga).
El presidente de Fedenaga, Edgar Medina, utilizó las redes sociales para dirigir un mensaje a los ganaderos, instándolos a cumplir con el compromiso de vacunar a sus animales. Medina subrayó que elevar los «índices de vacunación» es crucial para que Venezuela pueda obtener la «certificación como país libre de fiebre aftosa» a corto plazo. Además, enfatizó que este esfuerzo es una «necesidad» para que los productos ganaderos puedan posicionarse «en diferentes anaqueles internacionales» y garantizar que el rebaño mantenga «la salud suficiente» para «dar tranquilidad a todos los venezolanos».
Edgar Medina ha recorrido distintas regiones del país con el propósito de motivar a los ganaderos a «seguir produciendo de mejor y mayor calidad», satisfaciendo así la demanda interna y fortaleciendo el sector.
En un contexto relacionado, el presidente Nicolás Maduro anunció en agosto de 2023 que su administración está trabajando para obtener una certificación internacional que declare a Venezuela libre de fiebre aftosa, un paso esencial para comenzar a exportar ganado. Maduro aseguró que el país ya está libre de la enfermedad, señalando que solo resta «abrir los caminos para lograr» esta certificación ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).
Venezuela cuenta actualmente con un rebaño bufalino de 3.700.000 cabezas, con planes de expansión a 4 millones para 2025. Asimismo, se proyecta alcanzar una cifra de 10 millones de cabras, lo que, según Maduro, ofrece un potencial significativo para su exportación a «los mercados del mundo».
Desde febrero de 2020, el país fue declarado «zona libre de fiebre aftosa con vacunación en todo el territorio», con el Gobierno instruyendo a la cartera de Agricultura a «adoptar todas las acciones necesarias» para garantizar la certificación por parte de la OMSA. Este proceso es vital para el desarrollo y la expansión de la ganadería venezolana, un sector clave para la economía del país.