El impacto de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito académico y laboral ha sido un tema de creciente preocupación y análisis. El renombrado científico informático y ensayista Paul Graham ha advertido en un reciente texto que el uso extendido de herramientas basadas en IA podría desencadenar una división del mundo «entre los que piensan y los que no».
Graham, quien también es un reconocido empresario, subraya que un mundo dividido «entre los que escriben y los que no escriben» representa un peligro más significativo de lo que podría parecer a simple vista. En su ensayo, enfatiza que las innovaciones de los últimos años han propiciado una tendencia preocupante: muchas personas están renunciando a desarrollar sus propias capacidades de escritura y pensamiento crítico. En su lugar, emplean herramientas de IA en contextos académicos y laborales, donde estas habilidades son imprescindibles. Según Graham, esto ha llevado a que la necesidad de aprender a escribir por uno mismo, contratar a alguien para que lo haga o incluso recurrir al plagio, sea cada vez más obsoleta.
Graham argumenta que, aunque es natural que la tecnología reemplace ciertas funciones que tradicionalmente han sido desempeñadas por humanos, la IA podría provocar que la mayoría de las personas pierda la capacidad de escribir con eficacia en tan solo unas pocas décadas. «La razón por la que a tanta gente le cuesta escribir es que es fundamentalmente difícil. Para escribir bien, hay que pensar con claridad, y pensar con claridad es difícil», afirmó.
Cifras Preocupantes
El auge en el uso de la IA se refleja en una encuesta global sobre inteligencia artificial realizada en agosto por el Consejo de Educación Digital, una alianza que reúne a universidades y representantes de la industria educativa. El estudio revela que el 86 % de los estudiantes ha incorporado la IA como parte de sus herramientas de aprendizaje, y un 54 % la utiliza semanalmente.
Las herramientas de inteligencia artificial son empleadas principalmente por los estudiantes para buscar información, verificar la gramática y resumir textos. Entre las aplicaciones más comunes se encuentran ChatGPT, Grammarly y Microsoft Copilot.
El análisis de Graham invita a reflexionar sobre las implicaciones futuras de la dependencia de la IA. A medida que estas tecnologías continúan evolucionando y siendo adoptadas en diversos campos, queda por ver cómo afectarán las capacidades cognitivas y creativas humanas.
