El preso político Jesús Manuel Martínez Medina, quien había sido detenido arbitrariamente el 29 de julio tras desempeñarse como testigo opositor en las elecciones presidenciales del 28 de julio, falleció este jueves 14 de noviembre mientras permanecía bajo custodia estatal. La confirmación de su muerte fue realizada por sus familiares a través del medio digital El Pitazo. Asimismo, el político opositor en el exilio, Eduardo Battistini, informó sobre el deceso de Martínez Medina mediante redes sociales.
Battistini expresó su pesar al declarar: «Hoy nos duele profundamente anunciar la trágica muerte de Jesús Manuel Medina, un joven venezolano que estaba injustamente encarcelado por la dictadura de Maduro desde el pasado 28 de julio». Añadió que el único «delito» de Medina fue ejercer su derecho fundamental como testigo electoral de Edmundo González, un acto que el régimen convirtió en motivo de persecución política.
El relato de Battistini continuó describiendo las condiciones en las que Medina pasó sus últimos días: «Jesús pasó sus últimos días preso, víctima de un sistema que castiga la verdad y la esperanza de cambio». Dichas declaraciones subrayan las denuncias sobre maltratos y la falta de atención médica a la que fue sometido Martínez Medina durante su detención.
Tras ser arrestado en el municipio Aragua del estado Anzoátegui, en el sector conocido como plaza El Carmen, Martínez Medina fue recluido en una sede policial de Lechería. Allí, según informes, sufrió malos tratos y se le negó la atención médica necesaria para controlar su diabetes tipo II. A raíz de la falta de atención, desarrolló abscesos e infecciones en una pierna. Finalmente, fue trasladado al hospital Luiz Razzetti de Barcelona, donde se confirmó su fallecimiento.
La Plataforma Unitaria Democrática (PUD) alertó el pasado 10 de noviembre sobre la crítica situación de salud de Martínez Medina, declarando que estos incidentes «visibilizan trágicamente la gravedad de las consecuencias de no recibir atención médica tras las rejas». La PUD exigió «justicia, atención médica inmediata a los detenidos y libertad», subrayando que negar atención médica constituye una clara violación a los derechos humanos.
Battistini concluyó con un llamado a la acción y el recuerdo del legado de Martínez Medina: «Jesús es uno de los muchos venezolanos que han sufrido bajo esta represión. Su muerte nos recuerda la valentía de quienes alzan la voz por un país libre y democrático, y la urgencia de seguir luchando para que estas injusticias no queden en silencio. A su familia y seres queridos, les enviamos nuestras más sentidas condolencias. No descansaremos hasta que la justicia y la libertad vuelvan a Venezuela».