El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, promulgó una nueva ley que establece penas de hasta 30 años de cárcel para quienes respalden sanciones internacionales contra el país. La legislación fue firmada un día después de su aprobación en el Parlamento, dominado por el oficialismo chavista.
En un acto transmitido en cadena de radio y televisión, Maduro ordenó: «¡Ejecútese desde este mismo momento!». Esta contundente declaración subraya el carácter inmediato de la ley, cuyo anuncio coincide con el clima de tensiones políticas por su reelección para un tercer mandato consecutivo, que la oposición liderada por la exdiputada María Corina Machado califica de fraude, reivindicando al candidato Edmundo González Urrutia como el verdadero vencedor.
La nueva normativa, denominada Ley Libertador Simón Bolívar, estipula que cualquier persona que «promueva, instigue, solicite, invoque, favorezca, facilite, respalde o participe» en la adopción de sanciones será castigada con penas de prisión de 25 a 30 años. Además, impone inhabilitaciones de 60 años para ejercer cargos públicos a quienes las apoyen, y multas de entre 100.000 y un millón de dólares.
Maduro justificó la ley como un medio para «hacer justicia y defender a Venezuela», afirmando que es una respuesta a las «amenazas y bloqueos del imperialismo norteamericano y sus países satélites».
La promulgación de esta ley surge en un contexto donde el Parlamento venezolano responde a un proyecto de ley bipartidista aprobado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Este proyecto, conocido como Prohibición de Operaciones y Arrendamientos con el Régimen Autoritario Venezolano Ilegítimo (BOLIVAR, por sus siglas en inglés), busca reforzar las sanciones contra el gobierno de Maduro, al que Washington considera ilegítimo. Aún pendiente de la aprobación del Senado y la firma del presidente estadounidense, esta legislación prohibiría contratos con entidades que mantengan relaciones comerciales con el régimen venezolano.
La controversia en torno a estas medidas refleja las complejas dinámicas de la política internacional y el continuo enfrentamiento entre Caracas y Washington, que sigue evolucionando con implicaciones significativas en el ámbito geopolítico.
AFP
