El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, arremetió el lunes contra la oposición del país, acusándola de intentar desencadenar una guerra civil en Venezuela comparable a la situación vivida en Siria. Durante una transmisión en el canal estatal VTV, Maduro señaló a la extrema derecha de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) de incitar este conflicto, lo cual, subrayó, «jamás sucederá en Venezuela» gracias a lo que describió como una «fusión perfecta popular-militar-policial».
Maduro se refirió a las «circunstancias dolorosas» que enfrenta Siria tras la caída del régimen de Bashar al-Assad, destacando la llegada al poder de grupos islamistas y fuerzas rebeldes. En sus declaraciones, advirtió a la oposición venezolana que no se equivoquen, afirmando que «se arrepentirán por 100 años» si intentan alterar la paz y estabilidad de Venezuela. Asimismo, expresó su deseo de que Siria logre una resolución pacífica sin interferencias externas ni violencia.
Paralelamente, el presidente venezolano condecoró a 21 funcionarios sancionados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Entre los homenajeados con la condecoración Victoria de Ayacucho figuran altos cargos como el jefe del servicio de inteligencia, Alexis José Rodríguez Cabello, y el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez. Maduro enfatizó que estas sanciones son ahora un símbolo de «honor» y «moral», instando a los sancionados a hacerse merecedores de este reconocimiento.
Por su parte, la líder opositora María Corina Machado comparó la situación de Siria con la de Venezuela, sugiriendo que el colapso del régimen de al-Assad envía un mensaje de advertencia a regímenes autoritarios como el de Maduro. Durante una conferencia en la Universidad Johns Hopkins, aseguró que la falta de apoyo de potencias como Rusia e Irán en Siria debería hacer reflexionar al entorno de Maduro.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos forman parte de un esfuerzo para condenar lo que consideran acciones antidemocráticas del gobierno de Maduro, incluida la represión de la sociedad civil tras las elecciones presidenciales de 2018. Este contexto internacional sitúa a Venezuela en una posición compleja, mientras las tensiones políticas internas continúan generando controversia.
En el ámbito internacional, las acciones y declaraciones de Maduro y de la oposición venezolana siguen captando la atención, reflejando un escenario político tenso que involucra tanto dinámicas internas como relaciones externas con potencias globales.