Miles de sirios se reunieron en diversas ciudades de Siria para conmemorar el derrocamiento del régimen de Bashar al-Assad, un evento que ocurrió hace cinco días y coincide con el primer viernes, el día sagrado musulmán, desde su caída.
Las concentraciones multitudinarias tuvieron lugar en Damasco y en las ciudades noroccidentales de Hama, Latakia y Tartus, así como en las meridionales Deraa y Al Sueida. La Televisión Siria, ahora controlada por los insurgentes, mostró imágenes en directo de estas celebraciones.
Durante estas manifestaciones, los participantes corearon consignas como «Uno, uno, uno, el pueblo sirio unido» y «La victoria para la voluntad de los pueblos», portando banderas que hasta el pasado domingo simbolizaban a la oposición siria. En la capital, varios miles de fieles participaron en las oraciones del viernes en la histórica mezquita Umayyad, una de las más antiguas de Medio Oriente, donde también se llevó a cabo una celebración en honor a la reciente «liberación» del país árabe.
Este es el primer viernes desde que una coalición de grupos islamistas y proturcos anunció su entrada en la capital siria, declarando el fin del gobierno de Al-Assad, que había estado en el poder durante casi medio siglo. El ahora expresidente, exiliado en Rusia, asumió el liderazgo del país en el año 2000 tras la muerte de su padre.
El líder insurgente Ahmed al Charaa instó a la población a salir a las calles para expresar su «alegría» por la «victoria» de la revolución iniciada en 2011 contra Al-Assad y reafirmó su compromiso con la «reconstrucción» de Siria.
Impacto Posterior a la Caída de Al-Assad
La caída del régimen también ha destapado la existencia de millones de píldoras de captagon, la sustancia que transformó a Siria en un narcoestado. Los rebeldes encuentran estas drogas a diario en hangares y bases militares. Abu Malek al Shami, un combatiente de la coalición liderada por los rebeldes islamistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS), explicó que tras una inspección, se descubrió una fábrica de captagon vinculada a Maher al-Assad, hermano del expresidente, y su socio Amer Jiti.
La ofensiva, que finalizó con el derrocamiento de Bashar al-Assad, quien huyó a Rusia, desconcierta con el aún desconocido paradero de su hermano. Maher al-Assad, jefe de la Cuarta División del Ejército sirio, es temido y considerado uno de los principales responsables de la red siria de captagon, una industria valorada en al menos 10.000 millones de dólares.
Con información de EFE y AFP.