El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue dado de alta hospitalaria este sábado tras haber sido sometido a una cirugía debido a una hemorragia intracraneal. El mandatario permanecía hospitalizado desde el jueves pasado y, aunque ha recibido el alta para abandonar el hospital, aún no cuenta con el alta médica completa, según lo informó su médico personal, Roberto Kalil.
En una rueda de prensa realizada y recogida por la agencia de noticias EFE, Kalil explicó los detalles del estado de salud del presidente. Afirmó que «el presidente recibió el alta hospitalaria, pero no el alta médica». Esto significa que Lula deberá someterse a exámenes de control, incluido una tomografía programada para el jueves, antes de poder regresar a Brasilia y retomar por completo sus funciones.
El presidente fue autorizado a salir del hospital la mañana del sábado y se dirigirá inicialmente a su residencia en São Paulo. Lula da Silva, que estuvo presente en el encuentro con los medios, llamó la atención al aparecer con un sombrero Panamá, con el cual buscaba ocultar el curativo, hecho que atribuyó a su vanidad.
Kalil subrayó que el mandatario deberá adoptar ciertas restricciones en su vida diaria y que el ritmo de trabajo no será tan intenso debido a la operación reciente. «Con excepción de pasear, todas las actividades físicas están prohibidas. Las otras actividades podrá desempeñarlas, pero moderadamente. Pero puede volver a sus actividades normales, como reuniones en su despacho», afirmó el médico.
El regreso de Lula a Brasilia y a sus actividades en el Palacio presidencial de Planalto dependerá de los resultados de los exámenes que se le realizarán hasta el jueves. Solo si no muestran ninguna alteración podrá retomar su trabajo de manera regular.