El expresidente de Bolivia, Evo Morales, ha declarado públicamente que es víctima de una «brutal guerra jurídica» supuestamente orquestada por el actual mandatario, Luis Arce, tras la solicitud de detención emitida por la Fiscalía. La orden se relaciona con un caso de supuesto abuso de una menor durante su mandato.
Morales, refugiado junto a sus seguidores en el Trópico de Cochabamba, un bastión político para su movimiento, ha indicado a través de sus redes sociales que no se entregará a las autoridades. La Fiscalía lo ha imputado por el delito de «trata de personas agravado» y ha solicitado una prisión preventiva de seis meses.
En un comunicado publicado en su cuenta de X, Morales denunció que el gobierno de Arce está comprometido a «entregarlo como trofeo de guerra a Estados Unidos», y argumenta que esta maniobra es parte de un plan para destruir su carrera política, aun cuando se encuentra inhabilitado para postular a la presidencia nuevamente.
Acusaciones en el Contexto Legal
La investigación en curso se centra en un presunto acuerdo entre Morales y los padres de una adolescente de 15 años, en un escándalo que data de 2015. Se alega que Morales tuvo una hija con la supuesta víctima en 2016. Aunque inicialmente se le acusó por «estupro», el Ministerio Público no ha avanzado más en ese cargo.
El equipo legal de Morales, encabezado por Nelson Cox y Marcelo Galván, sostiene que este caso ya fue archivado en 2020 y han solicitado la nulidad del actual procedimiento, argumentando principios de non bis in idem, que impide ser juzgado dos veces por los mismos hechos. Cox también alertó sobre el potencial de enfrentamientos si se intenta ejecutar la orden de captura.
Complejidades y Desafíos Políticos
El escenario se complicó tras la orden de arresto emitida el 16 de octubre, que coincide con bloqueos de carretera por parte de seguidores de Morales, quienes exigen el cese de lo que perciben como persecución judicial. La fiscal del caso, Sandra Gutiérrez, ha decidido posponer la ejecución del arresto por preocupaciones de seguridad.
A pesar de la creciente tensión, Morales sigue públicamente en Bolivia, participando activamente en eventos partidarios. Se espera que asista a una celebración por el aniversario de su primera victoria electoral, reafirmando su presencia en el ámbito político nacional.
EFE
