El reciente accidente aéreo en Kazajistán, que resultó en la trágica pérdida de 38 vidas, está siendo examinado bajo una nueva luz. Inicialmente considerado un accidente mecánico, nuevas evidencias sugieren que el avión podría haber sido derribado por un misil ruso.
Imágenes divulgadas en redes sociales, capturadas por algunos de los sobrevivientes del accidente, muestran el fuselaje del avión con agujeros que se asemejan a los dejados por metralla de un misil. Ucrania ha apoyado esta teoría, afirmando que el avión fue impactado por sistemas de defensa rusa.
La aeronave, perteneciente a Azerbaijan Airlines, se estrelló en Aktau, Kazajistán. De los 67 ocupantes, 29 sobrevivieron. El vuelo cubría la ruta entre Bakú, la capital de Azerbaiyán, y Grozni, en Chechenia. El Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania ha manifestado que Rusia está detrás del incidente, ocurrido supuestamente en un contexto de defensas antiaéreas activas debido a un ataque ucraniano en Grozni.
Según Andri Kovalenko, jefe del Centro de Lucha contra la Desinformación de Ucrania, el avión Embraer 190 habría sido derribado por un sistema de defensa ruso. Antes del accidente, la aeronave solicitó aterrizar de emergencia, pero se le negó el permiso debido a la niebla en Grozni, siendo finalmente redirigido a Aktau.
Existen diversas teorías sobre lo sucedido: algunos medios sugieren que el avión chocó con una bandada de pájaros, otros apuntan a una explosión interna provocada por una bombona de oxígeno. Sin embargo, ninguna versión ha sido confirmada oficialmente, y las investigaciones continúan.
El Ministerio de Transporte de Kazajistán ha informado que el avión transportaba a 37 azerbaiyanos, seis kazajos, tres kirguises y 16 rusos. Como respuesta a la tragedia, las autoridades de Azerbaiyán han declarado luto nacional para este jueves.
Mientras la comunidad internacional espera una investigación exhaustiva y objetiva, el accidente en Kazajistán sigue siendo objeto de especulación, con la hipótesis de un derribo por misil ruso aún bajo escrutinio.
