En un devastador accidente aéreo, el vuelo 7C2216 de Jeju Air, proveniente de Bangkok, Tailandia, se estrelló en el aeropuerto internacional de Muan, Corea del Sur. El siniestro, ocurrido poco después de las 9 de la mañana, ha sido catalogado como el más mortífero en la historia de la aviación surcoreana, dejando al menos 177 personas fallecidas.
El Ministerio de Transportes surcoreano informó que a bordo del avión viajaban 175 pasajeros y seis miembros de la tripulación. Desafortunadamente, solo dos tripulantes han sido rescatados con vida, mientras que los otros dos permanecen desaparecidos y han sido considerados muertos por las autoridades.
El Boeing 737-800, bimotor, intentaba aterrizar cuando perdió el tren de aterrizaje, provocando que la aeronave se deslizara por la pista antes de impactar contra un muro, generando una explosión que envolvió el lugar en llamas y escombros. Las imágenes capturadas por los medios locales muestran la aeronave derrapando sin el tren de aterrizaje visible, culminando en el trágico desenlace.
El jefe de bomberos de Muan, Lee Jung-hyun, describió el caos al afirmar que «sólo la parte de la cola conserva un poco de forma, y el resto parece casi imposible de reconocer». Esta declaración subraya la magnitud del desastre y las condiciones extremas en las que se encuentran los restos de la aeronave.
Este incidente se suma a una serie de accidentes aéreos en Asia durante las últimas dos décadas y es el segundo más grave que involucra a una aerolínea surcoreana desde el accidente de Korean Airlines en 1997, cuando un Boeing 747 se estrelló cerca de la isla de Guam, cobrando la vida de 227 personas de las 254 a bordo.
Las autoridades surcoreanas continúan investigando las causas del accidente, mientras el país se enfrenta a la dolorosa tarea de manejar una de las tragedias aéreas más significativas de su historia reciente.
EFE