A pocos días de la toma de posesión del próximo presidente de Venezuela, la líder opositora María Corina Machado reafirma su convicción de que al actual mandatario, Nicolás Maduro, se le ha agotado el tiempo. En una entrevista concedida a BBC Mundo desde la clandestinidad, Machado sostiene que el chavismo nunca había estado tan debilitado e insta a Maduro a no perpetuarse en el poder por la fuerza.
La fecha clave del 10 de enero se acerca con dos candidatos, Maduro y Edmundo González Urrutia, reclamando la victoria electoral. Mientras Maduro planea asumir un nuevo mandato con el respaldo de la Asamblea Nacional controlada por el chavismo, González Urrutia asegura su regreso a Venezuela para tomar posesión, contando supuestamente con el respaldo de 7 millones de votos.
María Corina Machado es una figura central en este escenario, habiendo apoyado a González Urrutia como candidato unitario de la oposición tras su inhabilitación por el gobierno venezolano. Convoca a los venezolanos a movilizarse el 9 de enero, enfatizando que «Maduro no se va a ir solo».
Ante las tensiones, el gobierno de Maduro ha anunciado el despliegue de 1.200 efectivos militares para «garantizar la paz» el día de la toma de posesión. Entretanto, países como Colombia y México han manifestado su intención de enviar representantes a la juramentación de Maduro, lo que Machado considera como una decisión de avalar o no «un acto írrito inconstitucional».
Machado afirma que el 10 de enero es una prueba no solo para el régimen, sino también para los gobiernos democráticos del mundo, instando a estos a tomar una posición clara y apoyar al pueblo venezolano.
Según Machado, Venezuela enfrenta una opresión brutal, pero se mantiene unida en su deseo de cambio. Describe un país sin diferencias religiosas, raciales, ni políticas, donde el 70% del electorado ha apoyado una nueva dirección. Machado recalca que el régimen de Maduro se encuentra más aislado que nunca, tanto en el ámbito nacional como internacional, y que su única herramienta restante es la represión.
La situación en Venezuela se presenta como un desafío crítico para la región y la comunidad internacional. Machado advierte que, si Maduro insiste en mantenerse en el poder por la fuerza, el país podría enfrentar una nueva ola migratoria masiva. A pesar de las acusaciones y recompensas ofrecidas por el gobierno de Maduro, Machado sigue firme en su lucha, destacando que el movimiento que lidera ha transformado la nación sin recursos económicos ni apoyo extranjero directo.
El desenlace de esta encrucijada política y social no solo definirá el futuro inmediato de Venezuela, sino también el de la democracia en América Latina. La comunidad internacional observa de cerca, evaluando cómo sus decisiones impactarán en el destino de un país en busca de libertad.
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