La fachada del Consulado General de Venezuela en Vigo, España, fue escenario de un acto de protesta la mañana del domingo, cuando apareció la palabra «dictador» pintada en uno de sus ventanales principales. Este suceso se produce tras la reciente y polémica juramentación de Nicolás Maduro como presidente, un evento calificado como fraudulento por diversas democracias y organizaciones internacionales.
El grafiti en el consulado refleja el descontento de una parte de la diáspora venezolana y otros sectores críticos del régimen socialista. Este acto se suma a otras manifestaciones de rechazo a la «investidura» de Maduro, que ha sido cuestionada debido a la falta de transparencia sobre los resultados de las elecciones celebradas el 28 de julio.
En un incidente relacionado, el Consulado de Venezuela en Lisboa sufrió un ataque con un artefacto incendiario durante el fin de semana, aunque afortunadamente no hubo daños personales. El gobierno portugués condenó «enérgicamente» el ataque y ordenó un «refuerzo inmediato de la seguridad» junto a una «investigación policial» para esclarecer los hechos.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Yván Gil, atribuyó el ataque al consulado a «grupos fascistas». Gil denunció que las «agresiones irracionales» no podrán detener los avances de la Revolución Bolivariana, y agradeció la «rápida intervención» de las autoridades portuguesas para controlar la situación. En una imagen compartida por el canciller, se observa la fachada del consulado ennegrecida por el incidente.
En redes sociales, la Asociación Galego-Bolivariana Hugo Chávez expresó su condena a los actos vandálicos registrados en Vigo, atribuibles, según su declaración, a sectores de extrema derecha.
El Nacional
