El afianzamiento del poder autoritario de Nicolás Maduro en Venezuela podría desencadenar que cerca de un millón de venezolanos abandonen el país, según un informe de ORC Consultores. Proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) elevan esta cifra a 1,4 millones para el año 2025.
A pesar de un crecimiento económico reportado del 4 al 6% del PIB en 2024, según el Banco Central de Venezuela, la nación sigue luchando contra una inflación crónica del 54,4%, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Además, el pronóstico indica una reducción del 3,1% en la tasa de crecimiento para este año. Este contexto se complica con el regreso de sanciones internacionales, anunciadas recientemente por Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido y la Unión Europea.
La historia reciente de Venezuela, marcada por una contracción del 70% entre 2013 y 2019 y una hiperinflación del 400% en 2023, ha resultado en que 7,89 millones de venezolanos vivan actualmente fuera del país, según la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU.
A pesar de una reciente disminución en las salidas de Necoclí, Colombia, hacia Estados Unidos y en la migración en la frontera México-EE UU, Laura Cristina Dib, directora para Venezuela de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), señala varios factores detrás de esta baja temporal. Muchos esperan las medidas del gobierno de Trump y también hay expectativa sobre el futuro en Venezuela.
Txomin Las Heras, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, destaca que entre el 20 y 25% de la población expresa su intención de emigrar si el régimen continua, lo que podría significar entre 5 y 7 millones de personas. Colombia, con cerca de 2,9 millones de venezolanos, se perfila como el destino principal a pesar de las posibles políticas migratorias más estrictas en países receptores.
Rubén Colmenares, ingeniero informático venezolano en Colombia, comenta sobre las dificultades actuales para emigrar debido a los nuevos requisitos de visado o documentos para trabajar legalmente. Mónica Nogales, una venezolana en Buenos Aires, teme que una migración descontrolada pueda saturar los recursos de los países vecinos, afectando incluso a los residentes legales.
A pesar de estos desafíos, el deseo de regresar persiste entre los migrantes. «Yo vuelvo a Venezuela el día que sea libre», afirma Mónica, consciente de que la reconstrucción económica y social será un proceso prolongado.
El Nacional