Así cayó Pérez Jiménez: Del fin de una dictadura al renacer de la democracia en Venezuela

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Publicada: enero 15, 2025
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En un momento decisivo para la historia venezolana, el 23 de enero de 1958 se marcó como el día en que la dictadura de Marcos Pérez Jiménez sucumbió ante la presión del pueblo venezolano y la Fuerza Armada Nacional. Este evento histórico recuperó para el país la democracia, un sistema que, según palabras de Winston Churchill, es “el peor de los sistemas creados por el ingenio del hombre, excepto todos los demás”.

La caída de Pérez Jiménez fue el resultado de una prolongada resistencia antiautoritaria. Tras el derrocamiento del gobierno constitucional de Rómulo Gallegos, figuras como Leonardo Ruiz Pineda, Alberto Carnevali y Antonio Pinto Salinas encabezaron la lucha contra la tiranía, sacrificándose por la causa popular. El 1 de mayo de 1957, la Iglesia Católica alzó su voz en la Carta Pastoral de monseñor Rafael Arias Blanco, denunciando las inhumanas condiciones de vida de una gran parte de la población.

Ese mismo año, en junio, se formó la Junta Patriótica, integrando a líderes de Acción Democrática, URD, Copei y el Partido Comunista, quienes unificaron esfuerzos para desafiar al régimen. El 21 de noviembre, la huelga estudiantil liderada por el Frente Universitario añadió presión, estableciendo el Día del Estudiante.

El descontento alcanzó un nuevo nivel cuando, el 15 de diciembre de 1957, la dictadura intentó sustituir las elecciones presidenciales con un plebiscito, burlando la propia Constitución de 1953. Sin embargo, el 1° de enero de 1958, el alzamiento militar dirigido por el coronel Hugo Trejo demostró que el supuesto apoyo militar al régimen tenía profundas grietas.

La presión continuó incrementándose. El 10 de enero, bajo la presión del Estado Mayor y un grupo de oficiales, fueron destituidos el ministro del Interior, Laureano Vallenilla Lanz, y el director de la Seguridad Nacional, Pedro Estrada. Ese mismo día, desde la plaza El Silencio y otras partes de Caracas, se intensificaron las protestas populares.

El 21 de enero, la Junta Patriótica decretó la huelga general, deteniendo la circulación de periódicos y utilizando las campanas de iglesias y sirenas como señal de inicio. El enfrentamiento se agudizó el 22 de enero, con nuevos choques entre manifestantes y la policía. La noche de ese día, la Marina de Guerra y la Guarnición de Caracas se alzaron, extendiendo la rebelión a todas las Fuerzas Armadas.

Con la presión al límite, al amanecer del 23 de enero, Pérez Jiménez abandonó el país en el avión presidencial, conocido como la Vaca Sagrada, rumbo a Santo Domingo. Durante estas jornadas, el diario El Nacional reportó un saldo de 300 muertos y centenares de heridos.

Este histórico 23 de enero significó más que el fin de una dictadura; fue el renacimiento de un proceso democrático que, a pesar de las vicisitudes posteriores, marcó una nueva era para Venezuela, cimentada en el sacrificio y la lucha por la libertad y la justicia.

El Nacional /Carlos Canache Mata

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