Los familiares de los presos políticos recluidos en las cárceles y comandos de seguridad de Venezuela expusieron este martes las graves condiciones de reclusión y la sistemática violación de derechos humanos a las que son sometidos sus seres queridos. Durante una rueda de prensa, describieron un panorama inquietante de hacinamiento, desnutrición, torturas físicas y psicológicas, así como la carencia de agua potable y atención médica.
En instituciones penitenciarias como Tocorón y Tocuyito, la situación es alarmante, con presos recibiendo alimentos en mal estado, infestados de gusanos, provocando desnutrición severa y enfermedades graves. En El Helicoide, El Rodeo y Ramo Verde, prácticas como el aislamiento prolongado, la negación de visitas y las humillaciones son comunes.
A pesar de las recientes excarcelaciones que han reducido la cifra de más de 2,500 a 1,500 presos políticos, los familiares subrayaron que estas no reflejan una voluntad genuina de las autoridades para respetar los derechos humanos. Las denuncias constantes de familias, activistas y organizaciones de derechos humanos han sido clave en este contexto.
Los denunciantes enfatizaron que los presos políticos son tratados de manera inhumana, con sus derechos básicos completamente ignorados, lo que provoca un impacto económico y emocional significativo en sus seres queridos. Hicieron un llamado urgente al Estado venezolano para garantizar condiciones dignas de reclusión, en cumplimiento con las Reglas Mandela, y para la liberación inmediata de todos los presos políticos.
Exigieron a la comunidad internacional que mantenga la presión para detener estas violaciones sistemáticas. «Nadie debería estar preso en condiciones tan humillantes ni privado de libertad por razones políticas. La justicia debe prevalecer y concretarse con la libertad plena de todos los presos políticos y la reparación de los daños ocasionados a tantas víctimas», expresaron los familiares.
Finalmente, concluyeron con un llamado a la justicia y la paz: «Solo la libertad y la justicia nos llevarán a la verdadera paz, no una paz impuesta con las armas». La comunidad internacional sigue observando atentamente el desarrollo de esta situación, esperando acciones que garanticen los derechos humanos en Venezuela.