El gobierno de Gustavo Petro ha anunciado su intención de restablecer el intercambio de energía eléctrica con Venezuela, suspendido desde hace más de una década. Esta iniciativa, liderada por el Ministerio de Minas y Energía, destaca la importancia de la interconexión eléctrica ante un creciente mercado energético regional, a pesar de las condiciones deficientes de la infraestructura actual.
Para facilitar este proceso, el Ministerio ha decidido flexibilizar los requisitos para la revisión de los sistemas de medición utilizados en todas las interconexiones internacionales. Estos controles son fundamentales para garantizar la calidad y precisión necesarias para el intercambio energético. Las nuevas medidas permitirán a las interconexiones internacionales operar a niveles de tensión superiores o iguales a 100 kV por un periodo máximo de 12 meses. Este plazo es prorrogable, siempre que la seguridad y confiabilidad del Sistema Interconectado Nacional (SIN) no se vean comprometidas.
Sin embargo, expertos han expresado inquietudes sobre la validez de esta decisión, señalando que el Ministerio, liderado por Andrés Camacho, no tiene competencias para tales medidas, las cuales corresponden a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg). Por este motivo, el Ministerio ha clasificado la medida como temporal, en espera de una revisión integral por parte de la Creg.
El único intercambio de energía eléctrica que actualmente mantiene Colombia es con Ecuador, regido por las normas de la Comunidad Andina (CAN). Sin embargo, dado que Venezuela no forma parte de la CAN desde 2006, cualquier transacción de energía eléctrica entre Colombia y Venezuela deberá realizarse mediante contratos entre compañías.
Históricamente, estas transacciones se realizaban a través de líneas de transmisión específicas: la conexión entre San Mateo (Cúcuta) y Vega de Aza del El Corozo (Táchira), perteneciente a Cens, y la línea Cuestecitas-Cuatricentenario en La Guajira, operada por ISA Intercolombia. No obstante, esta última ha indicado que no se utilizaría para futuros intercambios con Venezuela.
Otro obstáculo potencial son las sanciones de Estados Unidos a Venezuela, que podrían requerir permisos especiales para transacciones energéticas. Empresas interesadas en vender energía a Venezuela podrían necesitar autorización de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac) del Departamento del Tesoro de EE.UU.
Respecto a los beneficios para Colombia, expertos sostienen que la reactivación del intercambio energético no ofrecería ventajas inmediatas. Mientras Colombia posee un sistema eléctrico robusto, Venezuela enfrenta frecuentes apagones, el más reciente en agosto de 2024, que afectó a su capital y a 23 estados del país.
En resumen, aunque el intercambio de energía eléctrica con Venezuela podría presentar una oportunidad a futuro, actualmente se enfrenta a múltiples desafíos legales, técnicos y diplomáticos.
El Tiempo