Familiares de detenidos en el Centro Penitenciario Yare III, ubicado en el estado Miranda, han manifestado su preocupación por el aislamiento prolongado y la falta de información sobre la salud de sus seres queridos, quienes han estado incomunicados desde hace al menos dos meses. Según las denuncias recogidas por el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), al menos 300 presos, trasladados desde diversos centros penitenciarios a Yare III entre julio y diciembre de 2024, se encuentran en aislamiento.
Los familiares no han podido verificar el estado físico de los detenidos, recibiendo únicamente una breve llamada en la que solicitaron artículos personales, sin ofrecer mayores detalles. «La única vez que nos pudimos comunicar con él fue cuando nos llamó y nos pidió que le lleváramos un pantalón y franela azul, y artículos de uso personal», relata un pariente al OVP, temeroso de represalias.
Un pequeño grupo de familiares logró visitar a sus seres queridos en diciembre; sin embargo, no se esclareció el criterio para permitir esas visitas, que fueron breves y restrictivas. Las denuncias también sugieren que los presos sufren de malnutrición, durmiendo en condiciones precarias, y que algunos padecen tuberculosis sin recibir tratamiento adecuado.
El traslado de los detenidos fue parte de la Operación Gran Cacique Guaicaipuro, ejecutada por el régimen en los centros penitenciarios del país. Detenidos de distintos penales fueron llevados a Yare III, incluyendo aquellos del Centro de Reclusión para Procesados Judiciales 26 de Julio, en San Juan de los Morros, y de la Comunidad Penitenciaria Fénix, entre otros.
A pesar de las restricciones, los familiares han acudido a la Defensoría del Pueblo y al Ministerio para el Servicio Penitenciario buscando respuestas, pero sus esfuerzos han sido infructuosos. «Nos piden que dejemos un papel con los nombres, pero no sirve de nada porque cada vez que denunciamos les dan una golpiza», expresan desesperados.
Las prácticas de aislamiento en Yare III han despertado la atención internacional, dada la violación de las Reglas Mandela y los Principios sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas, que prohíben el aislamiento prolongado y los castigos inhumanos. El Relator Especial sobre la Tortura de Naciones Unidas también ha advertido sobre los efectos negativos de estas prácticas en la salud mental y física de los reclusos.
La Asociación para la Prevención de la Tortura advierte de las graves consecuencias del aislamiento prolongado, que pueden incluir ansiedad, depresión y autolesiones, volviéndose irreversibles si se extienden más de 15 días.
Ante esta situación, los familiares exigen el cese inmediato del aislamiento y la liberación sin restricciones de todos los detenidos. El OVP destaca que estas prácticas violan derechos fundamentales, reclamando acciones urgentes para salvaguardar la integridad de los presos en Yare III.
Observatorio Venezolano de Prisiones