En un movimiento que podría reconfigurar las relaciones comerciales internacionales, Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, implementó aranceles significativos sobre varios socios comerciales claves. A partir de este sábado, las órdenes ejecutivas firmadas por Trump desde su residencia en Mar-a-Lago, Florida, establecen un arancel del 25% para bienes procedentes de México y Canadá, con la excepción del petróleo canadiense que estará gravado al 10%. Además, los productos chinos estarán sujetos a un arancel del 10%.
El presidente Trump justificó estas medidas arancelarias como parte de su política para abordar lo que considera un aprovechamiento económico por parte de México y Canadá, además de acusar a ambos países de insuficiente colaboración en el control de la migración ilegal y el tráfico de drogas, como el fentanilo. En cuanto a China, las medidas son parte de una prolongada disputa comercial en la que Estados Unidos busca equilibrar la balanza comercial.
La Casa Blanca especificó que los aranceles sobre Canadá estarán vigentes «hasta que Canadá coopere con Estados Unidos contra los narcotraficantes y en la seguridad fronteriza». Un argumento similar se presenta para México, junto a acusaciones más severas sobre los carteles y su supuesta alianza con el gobierno mexicano, lo cual, según Trump, pone en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos.
Ante estas medidas, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó que no le preocupa la imposición de los aranceles debido a la fortaleza económica de México. Según el Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), las exportaciones mexicanas a Estados Unidos representaron en 2023 casi el 30% del PIB mexicano. Sheinbaum afirmó tener preparados varios planes de contingencia, aunque no mencionó posibles medidas de represalia.
Por su parte, se espera que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anuncie una respuesta oficial en una rueda de prensa programada para esta noche. Trudeau ha prometido una reacción «inmediata, determinada, con fuerza pero razonable» a los gravámenes estadounidenses.
Este desarrollo podría marcar el inicio de una posible guerra comercial entre las naciones involucradas, afectando tanto el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) como las relaciones comerciales y diplomáticas con China. La comunidad internacional observará atentamente las próximas acciones y respuestas que puedan surgir de este delicado escenario.
EFE