La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha expresado su satisfacción por la continuidad de los programas de apoyo a migrantes retornados, gracias al compromiso renovado de Estados Unidos de reanudar actividades humanitarias esenciales. Este anuncio se produjo después de que se aprobaran varias exenciones tras una decisión inicial de congelar la ayuda exterior estadounidense.
Amy Pope, directora general de la OIM, destacó la importancia de este compromiso, el cual brinda estabilidad frente a los complejos desafíos del desplazamiento en la región. En un comunicado difundido recientemente, Pope afirmó que la OIM está ampliando sus esfuerzos en México, Guatemala, Honduras y Panamá, a través de programas de Retorno Voluntario Asistido (RVA). Estos programas proporcionan apoyo urgente a migrantes vulnerables que desean regresar a sus países de origen de manera segura y digna.
La directora subrayó el marcado aumento en las solicitudes de RVA en las últimas semanas, lo que pone de relieve la relevancia de estos programas en la región. En Haití, por ejemplo, no solo se cubren las necesidades inmediatas de los migrantes retornados, sino que también se contribuye a la estabilidad y seguridad, ofreciendo alternativas a la migración irregular.
Durante las últimas décadas, la OIM ha facilitado el retorno voluntario de más de 1,5 millones de migrantes en todo el mundo, con Estados Unidos como su principal donante. Pope expresó su esperanza de que esta colaboración se profundice en los próximos meses y años, destacando el papel vital de Estados Unidos en el apoyo a estos esfuerzos.
Según datos de la ONU, Estados Unidos ha destinado cerca de 72 mil millones de dólares en ayuda exterior en 2023, representando un 40% de la ayuda humanitaria global. Esta cifra pone en perspectiva el impacto de la reciente decisión del presidente Donald Trump de suspender temporalmente toda la ayuda humanitaria estadounidense para revisar su destino.
En respuesta a esta política, el secretario de Estado, Marco Rubio, emitió una directiva para frenar toda asistencia exterior, permitiendo excepciones únicamente para Israel y Egipto, además de mantener envíos de alimentos en situaciones de emergencia extrema. El pasado martes, se aprobó una segunda exención más amplia para permitir la continuación de ciertos programas de distribución de alimentos, medicinas y refugio, aunque estas medidas todavía son consideradas insuficientes por muchos.
La política de tolerancia cero frente a la migración irregular ha llevado también a un incremento en las detenciones de migrantes indocumentados en Estados Unidos, con más de 5,500 arrestos en las principales ciudades y un aumento en las deportaciones.
La continuidad y posible expansión de los programas de apoyo a migrantes retornados son vistos como un componente clave para afrontar los desafíos migratorios en la región. La colaboración sostenida entre la OIM y Estados Unidos podría marcar una diferencia significativa en la vida de miles de migrantes que buscan regresar a sus hogares y reintegrarse de manera segura y digna.
