La comunidad migrante en Estados Unidos ha convocado un paro nacional el próximo lunes 3 de febrero como respuesta a las políticas de deportación iniciadas por el presidente Donald Trump. Bajo el lema “Un Día Sin Inmigrantes”, el evento busca demostrar la significativa relevancia económica y social de los migrantes en la nación estadounidense, así como expresar su oposición al discurso de odio que perciben desde la Casa Blanca.
Según datos del Instituto de Política Fiscal y Económica, los migrantes sin estatus legal contribuyen con aproximadamente 100 mil millones de dólares anuales en impuestos. Esta cifra representa un aporte de cerca de 9.000 dólares por persona al año en gravámenes federales, estatales y locales.
Ante la creciente presión y el temor a las redadas, muchos latinos en Estados Unidos han modificado sus hábitos diarios. Se observa una preferencia por realizar compras en línea y trabajar desde casa, mientras que las visitas a supermercados, farmacias y otros establecimientos se han reducido significativamente. Además, grandes corporaciones como Walmart, Sam’s Club, Target y Starbucks han anunciado que no se opondrán a las inspecciones en sus locales, lo que ha encendido las alarmas en la comunidad indocumentada.
El llamado a no asistir físicamente a estos establecimientos es parte de una estrategia más amplia que también incluye no trabajar, no asistir a la escuela y evitar salir de casa durante esa jornada. La pregunta que flota en el aire es si los latinos en Estados Unidos se atreverán a llevar a cabo esta protesta.
El voto latino jugó un papel crucial en las recientes elecciones presidenciales de 2024, donde sorprendentemente, un importante segmento de esta comunidad apoyó a Trump. Los republicanos lograron obtener el 45% del voto latino, un aumento significativo si se compara con el 32% obtenido en 2020. Muchos votantes latinos creyeron que las políticas de deportación se centrarían en individuos con antecedentes criminales, pero se han enfrentado a una realidad distinta, donde toda inmigración ilegal es vista como una infracción.
Los venezolanos se encuentran entre los más afectados por el cambio en la administración estadounidense. La suspensión del Estatus de Protección Temporal (TPS) ha dejado vulnerables a aproximadamente 600.000 venezolanos, según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. Esta situación se ve agravada por la decisión de Trump de declarar una «emergencia nacional» en la frontera con México, permitiendo la búsqueda de migrantes indocumentados en lugares anteriormente considerados santuarios, como iglesias y escuelas.
La comunidad migrante en Estados Unidos, con su convocatoria al «Día Sin Inmigrantes», busca no solo destacar su importancia en el tejido económico del país, sino también alzar la voz contra políticas que perciben como injustas y discriminatorias. La reacción de los latinos en este contexto será crucial para definir el impacto y la efectividad de este día de protesta.
