Tsunami es el héroe de cuatro patas que participó en el rescate de las personas sobrevivientes atrapadas entre las ruinas causadas por el derrumbe de una vivienda de tres pisos en el barrio La Unión de Petare, donde explotó una bombona de gas el lunes 12 de agosto.
La llegada a sitios de desastre de este border collie, de pelaje negro y blanco, ya es familiar para bomberos y funcionarios de Protección Civil de todo el país, quienes confían en su olfato para cumplir su misión especial: encontrar personas vivas bajo los escombros.
Tsunami forma parte del Equipo Canino de Intervención en Desastres Ksar-Ecid y ostenta el rango militar de mayor.
El canino nació en Turquía, tiene siete años y ya ha participado en diferentes operaciones de rescate. Su última actividad fue en julio, en Cumanacoa, localidad del estado Sucre, devastada por el paso del huracán Beryl.
Tsunami fue enviado a su país de origen a inicios de 2023 junto a 52 rescatistas venezolanos, quienes se sumaron a las labores de salvamento tras los terremotos que también afectaron el noroeste de Siria, desastres naturales que dejaron 53.000 muertos y más de 700.000 afectados.
Con un ladrido, Tsunami alertaba a los rescatistas para que supieran que en algún lugar de difícil acceso había un sobreviviente. Justo allí los rescatistas removían los escombros.
Según explicaron sus cuidadores, su entrenamiento estuvo basado en mostrar a Tsunami la zona de desastre como si se tratara de un juego. Él encuentra a las personas vivas y a cambio recibe una recompensa. Sin embargo, bomberos que compartieron escenarios con el border collie detallan que han visto en el terreno su compenetración con muchas de las víctimas, a quienes acompaña hasta que son extraídas de los escombros.
Varios vecinos de Petare, que fueron separados del lugar de la tragedia con una franja amarilla de seguridad, se acercaron al sitio donde descansaba Tsunami para acariciarlo.
Antes preguntaron a su cuidador si era agresivo, pero se encontraron con un can moviendo la cola y saludando cariñosamente a quienes se aproximaban.
Cortesía El Pitazo