En una reciente conversación con Runrun.es , Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), abordó los principales desafíos de la propuesta de reforma constitucional impulsada por Nicolás Maduro, que representa la segunda desde que el chavismo asumió el poder en Venezuela en 1999.
La reforma contempla la modificación de al menos 80 artículos de la Constitución venezolana, cubriendo aproximadamente una quinta parte del texto fundamental. Alarcón sugirió que esta iniciativa surge a raíz de los cuestionados resultados de las elecciones del 28 de julio, señalados por muchas voces internacionales.
Alarcón recordó que el expresidente Hugo Chávez, en 2012, intentó asegurar la continuidad de su proyecto político, destacando la necesidad de implementar el Estado comunal. Según Alarcón, esta realidad resuena en la reforma actual que plantea una nueva arquitectura del poder destinada a sostener el control político incluso siendo minoría.
El experto sugiere que, entre las posibles estrategias del chavismo, se encuentra la concentración de poder en el Ejecutivo y la posible reestructuración del proceso electoral hacia un sistema de voto indirecto, semejante al sistema de colegios electorales de Estados Unidos pero adaptado al contexto venezolano.
Alarcón percibe que la población podría enfrentar dificultades para comprender o responder a las implicaciones de esta reforma. La estrategia gubernamental, a su juicio, es que la ciudadanía no tenga tiempo o capacidad para digerir los cambios que se avecinan.
El director también mencionó que, mientras la actual Constitución tiene elementos que podrían beneficiarse de una reforma, como la reelección indefinida, esos cambios no parecen estar en los planes del gobierno. En cambio, el enfoque estaría en modificar la arquitectura del poder y del voto, sin una consulta democrática transparente.
La oposición venezolana, dividida entre participar o no en elecciones, enfrenta un dilema en este escenario. Alarcón sugiere que actores políticos como María Corina Machado y Edmundo González mantienen el respaldo ciudadano, lo que podría influir en las decisiones sobre esta consulta.
El riesgo, según Alarcón, es que si la reforma no se detiene a través de vías electorales, la sociedad podría buscar alternativas fuera de los canales institucionales, lo que incrementaría el conflicto.
Internamente, la reforma podría afectar al mismo oficialismo, dificultando las aspiraciones de nuevos líderes sin el respaldo de la élite gubernamental. Alarcón apunta que para algunos simpatizantes del legado de Chávez, estos cambios podrían resultar impopulares.
Además, Alarcón especula que la fecha de las elecciones de mayo podría postergarse nuevamente, integrando el referéndum de la reforma con otros procesos electorales, un movimiento que intentaría diluir la atención específica sobre la reforma.
En conclusión, las declaraciones de Benigno Alarcón destacan un momento crítico para Venezuela, donde el futuro político del país podría redefinirse significativamente a través de este proceso de reforma constitucional.
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