En un reciente anuncio, el ministro del Interior y Justicia, Diosdado Cabello, informó sobre la llegada de 199 migrantes venezolanos deportados desde Estados Unidos. De estos individuos, 16 son objeto de búsqueda por las autoridades locales. En una conferencia de prensa, Cabello aseguró que, tras una revisión exhaustiva, se determinó que ninguno de los deportados está vinculado a la banda delictiva conocida como el Tren de Aragua.
Cabello detalló que cuatro de los migrantes son buscados por homicidio y actualmente se encuentran detenidos y a la orden de los tribunales. Además, otros están implicados en diversos delitos: uno por hurto genérico, otro por tráfico de materiales estratégicos y un último por tráfico de drogas.
El ministro destacó que la mayoría de los migrantes son “muy jóvenes”, con solo «seis o siete personas que superan los 40 años» de edad. Cabello enfatizó que estos migrantes fueron “engañados para abandonar Venezuela” y sufrieron maltratos durante su estancia en Estados Unidos.
En respuesta a la deportación, el gobierno venezolano ha convocado una marcha de apoyo a los migrantes. Esta movilización está programada para el martes y concluirá frente a la sede de la Asamblea Nacional (AN) en Caracas. Actos similares se realizarán en otras ciudades con el fin de recolectar firmas de apoyo a los deportados a El Salvador.
Cabello expresó su descontento con las acciones llevadas a cabo en El Salvador, afirmando: «Que devuelvan a todos los venezolanos; cesen el secuestro en El Salvador». Subrayó que si algo les sucede a estos migrantes, será responsabilidad del presidente salvadoreño, Nayib Bukele.
El vuelo de retorno a Venezuela se efectuó después de que Washington enviara a 238 migrantes a El Salvador bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, recientemente invocada por el presidente estadounidense Donald Trump. Trump había asegurado que estos individuos habían pasado por un proceso “muy riguroso” para verificar su supuesta vinculación con el Tren de Aragua.
La movilización en Venezuela coincidirá con la primera jornada de un nuevo sistema no laborable implementado para «ahorrar energía» ante la sequía que afecta al país.
