Hace una década, José Mujica capturó la atención mundial como el presidente de Uruguay que prefería una vida sencilla en lugar de las comodidades del palacio presidencial. Hoy, a sus 89 años y tras recibir un diagnóstico de enfermedad autoinmune, Mujica enfrenta un camino arduo hacia la recuperación.
Conocido universalmente como Pepe Mujica, su vida ha sido un relato fascinante de lucha y transformación. Desde su pasado como guerrillero urbano, su largo encarcelamiento, hasta su papel en la transformación de Uruguay en una de las democracias más avanzadas de América Latina, Mujica ha compartido su historia en discursos, entrevistas y documentales.
Actualmente, Mujica está lidiando con un tumor en el esófago y ha comenzado un tratamiento de radioterapia. La semana pasada, en una visita a su hogar en las afueras de Montevideo, se le vio débil y con dificultades para comer. A pesar de su estado, mantiene su carácter inconfundible y reflexiona sobre su lugar en el mundo actual.
“Ten en cuenta que estás hablando con un viejo raro”, dijo Mujica con un brillo en los ojos, mientras se arropaba en una chaqueta de invierno frente a una estufa de leña. Su legado, sin embargo, sigue vivo en sus enseñanzas sobre austeridad y el camino hacia una vida más plena.
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