Miles de ciudadanos en Uruguay comenzaron a despedir al expresidente José «Pepe» Mujica el miércoles, luego de su fallecimiento a los 89 años debido a complicaciones de un cáncer diagnosticado hace un año. Mujica, conocido mundialmente como «el presidente más pobre del mundo» por su estilo de vida austero, dejó un legado notable durante su mandato entre 2010 y 2015.
El cortejo fúnebre se inició a las 10:00 horas locales (1300 GMT) y contó con la presencia del presidente uruguayo Yamandú Orsi, considerado su heredero político y amigo cercano, junto a miembros del gabinete de Mujica. También asistió su viuda, Lucía Topolansky, exsenadora y exvicepresidenta. La procesión partió desde la Torre Ejecutiva en la plaza Independencia de Montevideo, hacia el Palacio Legislativo, donde se llevará a cabo una capilla ardiente abierta al público.
Durante el cortejo, la multitud coreaba: «Pepe, querido, el pueblo está contigo». Como homenaje a Mujica, se ha decretado un duelo nacional que se extenderá hasta el viernes, durante el cual la bandera de Uruguay ondeará a media asta en todos los edificios públicos, reconociendo su «filosofía humanista».
Nacido el 20 de mayo de 1935, Mujica había sido diagnosticado con cáncer de esófago a finales de abril de 2024. Tras varios meses de tratamiento, que incluyeron radioterapia, decidió no continuar con más intervenciones debido a complicaciones adicionales.
El período de gobierno de Mujica se caracterizó por una agenda social ambiciosa, que incluyó la aprobación del matrimonio igualitario, la legalización del aborto y la creación del primer mercado nacional de marihuana legal. Antes de su presidencia, ejerció como diputado y senador, siendo una figura política prominente en Uruguay, un país de 3,3 millones de habitantes.
En las recientes elecciones presidenciales, Mujica desempeñó un papel vital en el retorno al poder de la izquierda con la elección de Orsi, reafirmando su influencia política hasta sus últimos días.
AP
