La Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó este viernes una reforma parcial a la Constitución Política que establece que los ciudadanos nicaragüenses perderán su nacionalidad al adquirir otra. La enmienda fue propuesta con carácter urgente por los copresidentes de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, siendo aprobada de manera expedita durante una sesión especial en Niquinohomo, en conmemoración del 130 aniversario del nacimiento de Augusto C. Sandino.
La reforma constitucional modifica el artículo 23, permitiendo la nacionalización de extranjeros previa renuncia a su nacionalidad originaria, mientras que los centroamericanos residentes en Nicaragua pueden optar por la nacionalidad nicaragüense sin renunciar a la propia. El artículo 25 también fue reformado para establecer que «la nacionalidad nicaragüense se perderá al momento de adquirir otra nacionalidad».
En la exposición de motivos, Ortega y Murillo defendieron que «la nacionalidad no es un trámite administrativo, sino un pacto sagrado de lealtad», afirmando que «quien adquiere otra nacionalidad rompe el vínculo jurídico y moral con Nicaragua». Argumentaron que Nicaragua, en ejercicio de su soberanía, debe evitar que su ciudadanía sea usada por intereses foráneos.
El titular del Parlamento, Gustavo Porras, señaló que la reforma de los artículos sobre nacionalidad fue una tarea encomendada por Ortega y Murillo, calificando la medida de «absolutamente democrática». Para entrar en vigor, la reforma requiere aprobación en segunda legislatura el próximo año.
A mediados de febrero de 2025, Nicaragua inició una profunda reforma constitucional que otorga poder total a Ortega y Murillo como copresidentes. Esta enmienda ha sido criticada por la ONU, la OEA, Estados Unidos, el Parlamento Europeo y la oposición nicaragüense. Entre las modificaciones destacan la ampliación del periodo presidencial, la creación de «fuerzas militares de reserva patriótica» y «policía voluntaria», y la inclusión de la bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional como símbolo patrio.
Ortega, en el poder desde 2007 junto a Murillo, mantiene su gobierno bajo acusaciones de fraude electoral y la eliminación de la oposición.
EFE