La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró un estado de emergencia local y un toque de queda nocturno en el centro de la ciudad, tras varios días de protestas y disturbios provocados por las redadas migratorias ordenadas por el presidente Donald Trump. La medida comenzó el martes a las 8:00 de la noche y se extenderá hasta las 6:00 de la mañana del miércoles, aplicándose a un área de una milla cuadrada (aproximadamente 2,5 kilómetros cuadrados).
Según la alcaldesa Bass, es probable que la medida se mantenga en los próximos días debido a la persistente inestabilidad. Al menos 197 personas fueron arrestadas tras el inicio del toque de queda, según informó la Policía de Los Ángeles. A pesar de los disturbios, Bass aseguró que no representan una crisis generalizada en la ciudad, aunque reconoció que han causado «daños significativos» en la zona afectada.
El jefe de la Policía, Jim McDonnell, respaldó la decisión de implementar el toque de queda y advirtió que quienes lo violen, salvo residentes, medios acreditados, trabajadores esenciales y personas sin hogar, serán arrestados. McDonnell enfatizó que la medida no busca silenciar voces, sino “salvar vidas y proteger la propiedad”.
La alcaldesa Bass reiteró su llamado al presidente Trump para detener las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), expresando su preocupación por el impacto en las familias inmigrantes. Sin embargo, el presidente Trump, en un discurso conmemorativo del 250 aniversario del ejército estadounidense, describió a los manifestantes de Los Ángeles como “animales” y “enemigos extranjeros”, y reafirmó su intención de continuar con las políticas migratorias actuales.
Por otro lado, el gobernador de California, Gavin Newsom, criticó el despliegue de 4,000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles, calificándolo como un ataque a la democracia. Newsom subrayó que estas fuerzas están entrenadas para el combate y no para la aplicación de la ley dentro del país, e instó al rechazo de la militarización de las calles.
Finalmente, el gobernador Newsom advirtió sobre la posibilidad de que los eventos en California se repitan en otros estados y destacó la importancia de mantener las manifestaciones pacíficas, advirtiendo que los actos de violencia y vandalismo serán sancionados. Criticó además el silencio de los líderes republicanos ante las decisiones del presidente Trump, afirmando que “California seguirá luchando”.
BBC News Mundo