El presidente venezolano, Nicolás Maduro, lanzó una fuerte crítica contra el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, durante la transmisión de su programa semanal Con Maduro +. Maduro acusó a Bukele de ser un «violador serial de derechos humanos», comparándolo con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
En el contexto de su discurso, Maduro se refirió a la situación de los migrantes venezolanos en El Salvador, afirmando que 252 trabajadores migrantes venezolanos están detenidos ilegalmente en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). Este centro es una megacárcel construida en 2023 por el gobierno salvadoreño para albergar a pandilleros.
El líder venezolano denunció que estos ciudadanos están «secuestrados, escondidos y metidos en una cárcel» sin cargos formales, sin derecho a defensa ni acceso a representación legal. «No tienen debido proceso ni han cometido delito alguno», enfatizó Maduro, destacando que este sería un delito en contra de este grupo de venezolanos y otros latinoamericanos, ya que después de dos meses no se ha proporcionado una prueba de vida a sus familias.
El contexto de estas declaraciones se enmarca en la política migratoria de El Salvador, que ha sido un aliado clave de la administración de Donald Trump. En poco más de un mes, el país centroamericano ha recibido a 288 deportados, 252 de los cuales son venezolanos. En abril, Bukele propuso a Maduro intercambiar a estos 252 venezolanos deportados desde Estados Unidos y encarcelados en El Salvador por la misma cantidad de «presos políticos» en cárceles venezolanas.
Mientras tanto, la política de deportaciones de Trump enfrenta críticas y desafíos legales en Estados Unidos, donde jueces federales, grupos de derechos y demócratas lo acusan de violar derechos humanos con estas deportaciones.
Las declaraciones de Maduro reavivan la tensión política en América Latina, colocando bajo escrutinio internacional las políticas de derechos humanos tanto de El Salvador como de Venezuela.
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