El prisionero político, Andy García Lorenzo, fue liberado este lunes tras cumplir cabalmente su condena en la prisión Guamajal, ubicada en la ciudad de Santa Clara. La noticia fue confirmada por su madre, Tayri Lorenzo Prado, al medio de comunicación CubaNet.
García Lorenzo fue condenado a cuatro años de cárcel por su participación en las protestas antigubernamentales de julio de 2021 en Santa Clara. Durante su encarcelamiento, el joven mantuvo una postura abierta contra el régimen, siendo objeto de represión. Según declaraciones de Lorenzo Prado, el día de su liberación se registró un fuerte operativo de la Seguridad del Estado alrededor del penal, y fueron seguidos por la ciudad tras su salida.
La madre de García Lorenzo indicó que se dirigieron directamente al cementerio, ya que la abuela paterna del joven falleció mientras él estaba en prisión. «Lo primero que quiso hacer fue visitar su tumba», añadió.
Prioridades personales ocupan ahora a García Lorenzo, quien planea pasar tiempo con sus abuelos maternos, quienes se encuentran en estado de salud delicado. Cabe recordar que en abril pasado, las autoridades cubanas negaron concederle la libertad condicional, como confirmó su madre a través de redes sociales.
La familia había presentado solicitudes de libertad condicional y licencia extrapenal en diciembre del año anterior, cuando el joven realizaba una huelga de hambre. Andy García Lorenzo fue arrestado tras unirse a las manifestaciones masivas en Cuba que expresaron el descontento generalizado por la crisis económica, la escasez de alimentos y medicinas, y la falta de libertades fundamentales.
Esta no fue la primera ocasión en que García Lorenzo recurre a la huelga de hambre como medida de protesta. El 19 de octubre de 2021, junto con otros dos prisioneros políticos, realizó su primera huelga en prisión para exigir la liberación de todos los encarcelados por razones políticas en Cuba. Tanto su familia como organizaciones defensoras de los derechos humanos han denunciado repetidamente que el joven ha sido maltratado, aislado e incomunicado en prisión, por orden de la Seguridad del Estado.
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