La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos emitió un comunicado este lunes a través de su cuenta en X, destacando que las dificultades en Cuba y Venezuela no son consecuencia de sanciones externas, sino de décadas de corrupción, mala gestión y enriquecimiento de las élites. En su declaración, la Oficina señaló: «Las dictaduras de Cuba y de Maduro culpan al mundo de su incompetencia y fracasos, pero estos regímenes se basan en la corrupción, el robo y el caos económico. Ya es hora de exigirles responsabilidades».
En el comunicado, la Oficina adjuntó un artículo que describe cómo en Cuba, mientras los turistas disfrutan de hoteles estatales, los niños locales carecen de leche. En Venezuela, los estudiantes asisten a escuelas en ruinas mientras el régimen gasta millones en propaganda y espionaje.
Según la agencia EFE, en 2024 Cuba destinó más del 37% de su inversión al turismo y hoteles, un monto que supera en once veces a la inversión combinada en salud y educación, a pesar de una ocupación hotelera de solo 30%. Conglomerados militares, como GAESA, se benefician de estas decisiones, mientras la población enfrenta una severa escasez de combustible y alimentos.
En Venezuela, Bloomberg News reportó que, en 2024, el gobierno de Maduro gastó más de 2.000 millones de dólares en elecciones presidenciales, mientras que el salario mínimo se mantuvo por debajo de 2 dólares mensuales, insuficiente para adquirir un kilo de queso. TeleSUR informó que solo se destinaron 180 millones de dólares a salud (menos del 1% del presupuesto) y 18 millones para alimentar a 5 millones de escolares, lo que equivale a apenas 3,49 dólares por alumno al año. En contraste, 1.000 millones se dirigieron a inteligencia militar. Apagones masivos, como los que afectaron a 20 estados en 2024, reflejan años de negligencia, según reportó El Impulso.
El artículo compartido califica estas crisis como “autóctonas”, argumentando que son el resultado de sistemas diseñados para preservar el poder autoritario. En Cuba, las empresas militares dominan la economía, mientras en Venezuela el gasto público privilegia la propaganda y las deudas petroleras, dejando hospitales y escuelas en deterioro. «Esto no son errores de las políticas, son características de sistemas económicos creados para preservar el poder autoritario», destaca el documento, subrayando la resiliencia de los pueblos cubano y venezolano frente a estas prioridades distorsionadas.
Finalmente, la Oficina del Departamento de Estado instó a la comunidad internacional a amplificar las voces de los pueblos cubano y venezolano, quienes reclaman la posibilidad de conectarse económicamente con el mundo exterior, libres de los controles represivos de los regímenes corruptos.
Espiga Noticias