Un incidente ocurrido este miércoles en el aeropuerto de Manises, en Valencia, España, ha desencadenado un cruce de acusaciones entre las autoridades españolas, una aerolínea y el gobierno israelí. Un grupo de al menos 50 menores franceses de entre 10 y 15 años, todos ellos de confesión judía, fue desalojado de un vuelo de la compañía Vueling junto con sus cuatro monitores. Esto ocurrió después de que la tripulación alertara a la Guardia Civil por alteraciones del orden durante el proceso de embarque.
La intervención policial se produjo tras varias advertencias por parte de la tripulación debido a la «reiteración de conductas inapropiadas» por parte de los menores y la supuesta «manipulación del material de emergencia». Una de las responsables del grupo, una joven de 21 años, fue detenida en la terminal, según fuentes de la benemérita, por su actitud una vez en tierra, donde algunos miembros del grupo habrían mostrado comportamientos violentos hacia las autoridades.
La versión oficial contrasta con la denunciada por familiares y responsables del campamento de verano Kinneret, organizador del viaje, quienes acusan a la aerolínea y a las fuerzas de seguridad españolas de actuar de forma desproporcionada y con un sesgo antisemita. Desde Israel, la reacción ha sido contundente. El ministro para la Diáspora, Amichi Chikli, ha calificado a través de sus redes sociales el incidente como «uno de los actos antisemitas más graves recientemente» y ha denunciado que la monitora fue «arrestada y golpeada». Según Chikli, los menores únicamente estaban «cantando canciones en hebreo» cuando miembros de la tripulación habrían reaccionado con comentarios ofensivos como «Israel es un estado terrorista».
La aerolínea Vueling ha negado categóricamente cualquier motivación discriminatoria en su proceder. En un comunicado recogido por 20 minutos, la compañía afirma que «la seguridad de nuestros pasajeros y de nuestra operativa es, y siempre será, nuestra máxima prioridad», y asegura que los adolescentes interrumpieron activamente la demostración obligatoria de seguridad, manipularon equipos sensibles del avión e ignoraron reiteradas advertencias por parte de la tripulación. Con base en estos hechos, se activó el protocolo habitual de seguridad aérea.
La Guardia Civil respalda esta versión y subraya que su actuación respondió exclusivamente a motivos de seguridad, negando cualquier componente ideológico o discriminatorio en la intervención. La situación se mantiene bajo el foco diplomático, ya que el Gobierno israelí ha pedido explicaciones por lo sucedido y exige una investigación. Mientras tanto, el caso continúa generando tensión entre versiones enfrentadas sobre lo que ocurrió en la cabina de un avión que nunca llegó a despegar.
Comunicado de Vueling en relación con el desembarque por comportamiento conflictivo en el vuelo VY8166 pic.twitter.com/ycEgm9dz9c
— Vueling Airlines (@vueling) July 24, 2025
Europa Press