La lactancia materna no solo es crucial para los bebés, sino también para las madres, proporcionando múltiples beneficios que van desde el bienestar emocional hasta la prevención de enfermedades. Sin embargo, un significativo 60% de las mujeres que optan por no amamantar citan la falta de información adecuada como la razón principal.
La lactancia se destaca como un superalimento que combate enfermedades y es considerado la mejor forma de nutrición durante los primeros dos años de vida. Además, beneficia a las madres ayudándolas a recuperar su peso previo al embarazo, reduciendo el riesgo de cáncer de mama y ovario, y fomentando un vínculo emocional duradero con el bebé.
La doctora Elvia Badell, pediatra del Grupo Médico Santa Paula y presidenta de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (SVPP), enfatiza que “la lactancia humana es el estándar de oro en alimentación para bebés”. Según Badell, los niños deberían consumir leche materna exclusivamente durante los primeros seis meses, complementando después con otros alimentos hasta al menos los dos años. Este proceso no solo mejora la salud y la inteligencia del bebé, reduciendo el riesgo de enfermedades como leucemia, cáncer y diabetes, sino que también optimiza el futuro del capital humano, creando una fuerza de trabajo más eficiente.
La doctora también subraya que la falta de lactancia tiene un impacto económico considerable, ya que el 0.7% del Producto Interno Bruto (PIB) se destina a tratar afecciones relacionadas con la ausencia de la leche materna.
A pesar de estos beneficios, Badell resalta que el desconocimiento sobre la lactancia está influenciado por mitos, como la creencia de que no satisface el hambre del bebé, o que el tamaño de los pezones impide la lactancia. Además, preocupaciones estéticas, como la pérdida de firmeza de los senos, contribuyen a la decisión de no amamantar.
La concientización y educación son esenciales. La Semana Mundial de la Lactancia Materna, celebrada del 1 al 7 de agosto, busca destacar la importancia de la lactancia y la participación de los pediatras, quienes deben educar a los padres desde el embarazo. Badell también enfatiza la importancia del parto humanizado, donde el contacto inmediato entre madre e hijo fortalece el vínculo emocional.
El acompañamiento de especialistas durante la gestación es vital para que las mujeres reciban la información adecuada y los cuidados necesarios que faciliten la lactancia, aclarando que las complicaciones son raras y generalmente limitadas a enfermedades graves como el VIH o cáncer.
En conclusión, la lactancia materna no solo beneficia la salud de los niños y las madres, sino que también tiene importantes repercusiones económicas y sociales, destacando la necesidad de educar y apoyar a las mujeres en este proceso vital.
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