El comienzo de la temporada de lluvias ha incrementado la presencia de criaderos de zancudos, facilitando la transmisión de enfermedades como el dengue, una preocupación constante de salud pública. El dengue es transmitido por la picadura del mosquito Aedes aegypti infectado y se ha convertido en un desafío, especialmente en regiones como los Andes, llanos y el litoral central, con expectativas de que su incidencia aumente también en la capital.
Ante esta situación, es fundamental estar alerta y bien informado sobre cómo identificar esta enfermedad. Aunque el dengue puede manifestarse de forma leve, tiene el potencial de evolucionar hacia un cuadro más grave, conocido como dengue hemorrágico, que podría ser mortal sin tratamiento adecuado.
Los síntomas del dengue clásico incluyen fiebre alta (igual o superior a 39 °C) que dura de 2 a 7 días, acompañada de náuseas, vómitos, erupción cutánea, dolor de cabeza intenso, dolores musculares o articulares, y petequias. Por su parte, el dengue hemorrágico se caracteriza por síntomas más severos como hipotensión arterial, alteración del estado mental, dificultad respiratoria debido a la extravasación de plasma, y sangrado grave.
Factores de riesgo como la edad —en menores de 1 año o mayores de 65—, embarazo, obesidad mórbida, y enfermedades preexistentes como hipertensión arterial, diabetes, y asma, incrementan la vulnerabilidad a desarrollar complicaciones graves.
Prevención del dengue
La prevención es clave para evitar la propagación del dengue. Se recomienda eliminar criaderos de mosquitos, mantener los envases de agua potable tapados, usar repelente, vestir ropa de manga larga, y utilizar mosquiteros en ventanas y puertas. Asimismo, se sugiere la fumigación de áreas de riesgo.
Cuándo acudir a urgencias
Es crucial buscar atención médica inmediata si se presentan complicaciones graves, como fiebre alta acompañada de síntomas como dolor abdominal intenso, cualquier tipo de sangrado, y cambios significativos en parámetros sanguíneos. En tales casos, es indispensable evitar la automedicación y acudir a urgencias para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Este enfoque preventivo y de atención temprana es esencial para mitigar el impacto del dengue en la salud pública durante la temporada de lluvias.
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