El expresidente Álvaro Uribe Vélez ha aprovechado su reciente liberación para iniciar una intensa campaña política contra el Gobierno de Gustavo Petro. Tras recibir la boleta de libertad, Uribe se dirigió al parque de Sabaneta, un bastión del uribismo, donde fue acogido por simpatizantes y miembros del Centro Democrático, partido que fundó en 2013.
Uribe, que había permanecido en su finca El Capricho en Rionegro, Antioquia, por casi dos semanas debido a una condena por soborno y fraude procesal, fue liberado tras una decisión del Tribunal Superior de Bogotá que falló a favor de una tutela presentada por su defensa. En su discurso, el exmandatario criticó severamente al Gobierno de Petro, mencionando los riesgos de una supuesta alianza con el presidente venezolano Nicolás Maduro y cuestionando un acuerdo reciente entre Colombia y Venezuela para combatir grupos criminales.
Con la mirada puesta en las elecciones legislativas de marzo, Uribe instó a la formación de una «gran coalición electoral» para desafiar al «neocomunismo», al tiempo que subrayó la necesidad de acelerar la elección del candidato presidencial de su partido. Durante su intervención, manifestó: «Vamos a ganar tranquilamente, no vamos a decir afuera, sino adentro democracia».
El expresidente también expresó su gratitud hacia sus seguidores y recordó al fallecido exsenador Miguel Uribe Turbay, anunciando su participación en un acto conmemorativo en Bogotá. Finalmente, reiteró su compromiso con la campaña presidencial, asegurando que dedicará todo su tiempo libre a «luchar por la libertad de los colombianos».
En sus primeras declaraciones, Uribe hizo hincapié en la importancia de restablecer relaciones internacionales y recuperar la seguridad en el país, mencionando posibles alianzas con Estados Unidos, Inglaterra e Israel para lograr estos objetivos. Con la próxima misa en la iglesia de María Auxiliadora, el expresidente busca dar gracias por su libertad y pedir justicia en su proceso judicial.
El futuro de Uribe, quien sigue en libertad mientras se espera la decisión del Tribunal Superior de Bogotá, será determinante en la configuración política de Colombia, especialmente en un año electoral crítico para el país.
El País