El Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) reportó un récord histórico de 1.023 protestas, denuncias y acciones cívicas en Cuba al cierre de agosto. Estas manifestaciones están motivadas principalmente por los apagones continuos, la falta de agua y otras deficiencias en los servicios públicos.
Según declaraciones de Rolando Cartaya, investigador del OCC, «esta cifra es un récord mensual desde que el Observatorio comenzó a contabilizarlas en septiembre de 2020». Cartaya destaca que la mayoría de estas protestas están relacionadas con los servicios públicos, subrayando apagones diarios que alcanzaron hasta las 30 horas y una crisis creciente en el suministro de agua. Además, se registra una alarmante duplicación de los casos de inseguridad, con 28 muertes y un incremento del 57% en denuncias de robos y asaltos.
El informe, compartido con ADN Cuba, indica que la categoría más afectada en agosto fue la de «otros servicios públicos», con 286 incidentes. La crisis del agua generó al menos 30 manifestaciones. En cuanto a los «desafíos al Estado policial», se registraron 172 protestas y denuncias, entre ellas cacerolazos, bloqueos de calles y plantones frente a sedes gubernamentales. También se documentaron 54 acciones cívicas clandestinas, que incluyen grafitis antigubernamentales y sabotajes a propiedades estatales, como la empresa de telecomunicaciones.
La inseguridad ciudadana mostró un incremento considerable, con 166 denuncias, 14 reportes de personas desaparecidas y al menos cinco incidentes con uso de armas de fuego, uno de ellos mortal.
Por otro lado, los registros de represión disminuyeron a 89 incidentes, en comparación con los 170 reportados en julio. En otras categorías, se contabilizaron 43 incidentes relacionados con la vivienda, 71 con otros problemas sociales y 92 con temas de alimentación, inflación y agricultura.
El mes anterior, el OCC había registrado 845 protestas de diversa índole. La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC), responsable del informe, manifestó a ADN Cuba en mayo que «el colapso de servicios esenciales, la inflación y la emigración masiva están alimentando las protestas callejeras, los carteles antigubernamentales y las huelgas de hambre en las cárceles, exigiendo cambios urgentes».
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