Winder, Georgia – Un trágico tiroteo en la escuela secundaria Apalachee, ocurrido el miércoles, dejó un saldo de cuatro personas fallecidas, incluidos dos estudiantes de 14 años y dos profesores. Además, nueve personas resultaron heridas, entre ellas ocho estudiantes y un profesor, quienes fueron trasladados al hospital. Según los últimos informes médicos, se espera que todos los heridos sobrevivan.
El director de la Oficina de Investigaciones de Georgia confirmó que el arma utilizada en el ataque fue un rifle AR-15. Un funcionario policial agregó que se trataba de un arma tipo AR-15, usada en numerosos incidentes previos. Este tiroteo es el número 45 en una escuela en lo que va de 2024, y el más mortífero del año, de acuerdo con un análisis de CNN.
El sospechoso, un estudiante de 14 años, había sido investigado el año pasado por la policía debido a «varias pistas anónimas sobre amenazas en línea para cometer un tiroteo en la escuela en un lugar y hora no especificados», según una declaración conjunta del FBI en Atlanta y la Oficina del Sheriff del Condado de Jackson. Las amenazas en línea incluían fotografías de armas, de acuerdo con la misma declaración.
El joven y su padre fueron entrevistados por la Oficina del Sheriff del Condado de Jackson en respuesta a las denuncias. El padre afirmó que poseía armas de caza en su vivienda, pero aseguró que su hijo no tenía acceso sin supervisión a ellas. El sospechoso negó haber hecho las amenazas en línea.
A pesar de las advertencias, las autoridades locales no encontraron causa probable para arrestar al joven ni para tomar medidas adicionales en ese momento. La Oficina del Sheriff del Condado de Jackson alertó a las escuelas locales para que continuaran monitoreando al estudiante, pero la tragedia ocurrió a pesar de las medidas de precaución.
Las autoridades están llevando a cabo una investigación exhaustiva para determinar las circunstancias que condujeron a este trágico evento y para identificar fallos en los sistemas de vigilancia y prevención de amenazas escolares. La comunidad de Winder, junto con el resto del país, está de luto por la pérdida de vidas y enfrenta una vez más la dolorosa realidad de la violencia en las escuelas.