La viuda de un exmilitar nicaragüense, Claudia Vargas, ha denunciado una presunta «alianza transnacional» detrás del asesinato de su esposo, el mayor en retiro Roberto Samcam, ocurrido en Costa Rica el pasado 19 de junio. Según Vargas, el crimen no fue un hecho aislado, sino parte de una estrategia internacional para silenciar voces opositoras. En declaraciones a ADN Cuba, la activista exiliada afirmó que «la represión se está exportando», y mencionó la supuesta implicación de Cuba, Rusia y el régimen de Daniel Ortega.
De acuerdo con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Costa Rica, el principal sospechoso del homicidio es Robes Murillo, quien habría recibido entrenamiento en Cuba y Rusia. Un informe del diario La Nación menciona la posible participación de la Dirección de Inteligencia y Contrainteligencia Militar de Nicaragua (DICIM) y el G2 cubano en el crimen.
Vargas ha expresado su preocupación por la filtración del nombre del sospechoso, señalando que «es solo un eslabón de la cadena» y que lo esencial es identificar a quienes ordenaron el asesinato. Además, denunció la presencia activa de inteligencia nicaragüense en Costa Rica, país en el que Samcam residía en calidad de exiliado desde 2018.
“La prueba más brutal de que la inteligencia nicaragüense opera en territorio costarricense es el asesinato de mi esposo”, afirmó Vargas. Asimismo, advirtió sobre redes de vigilancia, hostigamiento e infiltración que afectan a la comunidad exiliada, las cuales, según ella, se articulan con estructuras de crimen organizado.
Roberto Samcam fue despojado de su nacionalidad nicaragüense en 2023 junto a otros 93 opositores por el régimen de Ortega, lo que subraya el contexto de represión política que enfrentan opositores en la región.
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