En medio de un despliegue militar en el Caribe, cerca de las costas de Venezuela, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha intensificado sus críticas hacia Nicolás Maduro, a quien ha calificado como un «fugitivo» de la justicia norteamericana. El portavoz adjunto principal del Departamento de Estado, Tommy Pigott, declaró que «Maduro no es el líder legítimo de Venezuela; es un fugitivo de la justicia estadounidense que socava la seguridad regional y envenena a los estadounidenses».
Pigott enfatizó que Estados Unidos busca que Maduro sea llevado ante la justicia, en el contexto de una operación específica contra los carteles de la droga. Estas declaraciones se producen después de que el entonces presidente Donald Trump comentara sobre la campaña militar que Estados Unidos está llevando a cabo en el Caribe contra carteles de droga que tienen como origen a Venezuela. Trump advirtió que, además de las operaciones marítimas, ahora se buscará perseguirlos «por tierra».
«Ahora vigilaremos los carteles», afirmó Trump a la prensa antes de salir de la Casa Blanca. «Vamos a vigilar muy seriamente a los carteles que llegan por tierra», añadió el mandatario estadounidense, mientras se dirigía a una reunión con jefes militares.
El presidente estadounidense destacó que los ataques a las narcolanchas en semanas recientes han tenido un impacto significativo en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. «Lo que pasa con Venezuela es que nos llegaban muchas drogas a través del agua. Las llamamos drogas acuáticas, es solo un término sencillo (…) Así que atacamos varios barcos, probablemente lo viste. Y desde que lo hicimos no ha entrado absolutamente ninguna droga en nuestro país por vía marítima, porque fue letal», concluyó Trump.
Estas acciones y declaraciones reflejan la postura firme del gobierno estadounidense frente a lo que considera una amenaza proveniente de Venezuela, en el marco del combate a los carteles de la droga y la presión contra el gobierno de Maduro.
