El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció este domingo que las fuerzas armadas estadounidenses han intensificado sus operaciones contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico en aguas del Caribe. Estas acciones, que forman parte de la estrategia del presidente Donald Trump, se han concentrado en áreas cercanas a las costas venezolanas y representan un cambio significativo en la lucha contra el tráfico de drogas, según declaraciones de Washington.
En una entrevista con CBS News, Rubio explicó que la ofensiva ha pasado de ser disuasiva a convertirse en un esfuerzo militar más agresivo. «Antes se intentaba interceptar. Ahora, el esfuerzo es detenerlos», afirmó, señalando que por primera vez el ejército estadounidense actúa de manera directa en el hemisferio occidental contra estas redes.
Rubio destacó que el Departamento de Defensa lleva a cabo estas operaciones basándose en información de inteligencia precisa sobre los objetivos. «Sabemos quiénes están en esos botes, sabemos qué hacen. No hay cañas de pescar ni banderas. Solo cargamentos de drogas y motores potentes», enfatizó, asegurando que los ataques se realizan con cautela y bajo reglas claras de enfrentamiento.
Los resultados de estas acciones ya son visibles, según el secretario, ya que el número de embarcaciones que zarpan con cargamentos ilegales «ha disminuido drásticamente en las últimas semanas». Esta reducción, según Rubio, contribuye a que haya «menos drogas y menos muertes en nuestras calles».
Las declaraciones de Rubio coinciden con el reporte de un nuevo operativo en aguas internacionales, cerca de Venezuela, donde se informó del hundimiento de una lancha que dejó cuatro presuntos «narcoterroristas» muertos. El secretario de Guerra, Pete Hegseth, compartió imágenes del ataque en la red social X, asegurando que no hubo bajas en las filas estadounidenses.
Este operativo representa el quinto ataque reportado en el Caribe desde septiembre. Tres de estos incidentes ocurrieron cerca de Venezuela y uno frente a República Dominicana. La ofensiva se enmarca dentro de la política de presión de Washington contra el gobierno de Nicolás Maduro, a quien acusa de permitir la operación de redes criminales en la región.
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