En una jornada histórica y marcada por el descontento social, el Congreso de Perú votó este jueves a favor de la destitución de la presidenta Dina Boluarte, invocando la figura constitucional de la “incapacidad moral permanente”. La moción fue aprobada por 124 votos a favor, cero en contra, lo que representa un consenso político casi absoluto en medio de una profunda crisis de gobernabilidad.
Con su destitución, Boluarte se convierte en la sexta mandataria peruana removida del cargo en los últimos siete años, reflejando la inestabilidad política crónica que vive el país andino.
Durante los meses previos a su salida, la mandataria enfrentó múltiples escándalos, una severa crisis de seguridad interna y una tasa de aprobación que apenas alcanzaba entre el 2 % y el 4 %, según diversos sondeos nacionales. Su gobierno fue duramente criticado por el aumento de la criminalidad, la expansión de mafias de extorsión y la incapacidad para contener una ola de violencia en varias regiones del país.
Según AP News, la decisión del Congreso fue impulsada tras una creciente ola de indignación pública provocada por un reciente tiroteo en un concierto en Lima, que dejó varios heridos y generó alarma nacional por la falta de control del crimen organizado. Este hecho, sumado a cuestionamientos éticos y políticos sobre su liderazgo, terminó por sellar su destino.
Ante la vacancia presidencial, el Congreso juramentó de inmediato a José Jerí, entonces presidente del Parlamento, como presidente interino de la República, quien tendrá la tarea de completar el mandato constitucional hasta julio de 2026.
La comunidad internacional observa con atención los acontecimientos en Perú, un país golpeado por la inestabilidad institucional, pero que aún busca caminos democráticos para salir de la crisis. La ciudadanía, por su parte, espera que este nuevo capítulo marque el inicio de una transición hacia mayor gobernabilidad, justicia y paz social.
Espiga Noticias