Mehmet Ali Agça, el hombre que en 1981 disparó contra el papa Juan Pablo II en el Vaticano hiriéndolo de gravedad, viajó a Nicea, en Turquía, con la intención de entrevistarse con el papa León XIV durante la visita del pontífice a esta ciudad, pero no logró su objetivo.
Agça, un exsicario turco vinculado a redes de ultraderecha y a la mafia, llegó el jueves a Nicea, donde el papa León XIV tenía previsto ofrecer una oración ecuménica en memoria del concilio celebrado en esta localidad en el año 325, según informó el diario Hürriyet. Allí declaró a la prensa su intención de encontrarse con el pontífice “para una charla de dos o tres minutos”.
El hombre posó ante los medios de comunicación frente a la basílica bizantina de Santa Sofía, convertida en mezquita desde 2011, y afirmó que daba la bienvenida al Papa, destacando la importancia de “mantener buenas relaciones con el Vaticano”.
Ese mismo jueves, Agça abandonó de nuevo la ciudad, acompañado por la Policía, que comenzó a establecer numerosas medidas de seguridad en Nicea para preparar la llegada del pontífice. León XIV arribó al mediodía de este viernes en helicóptero procedente de Estambul, informó el diario Evrensel.
Mehmet Ali Agça fue condenado a cadena perpetua en Turquía por el asesinato en 1979 del periodista Abdi Ipekçi. Posteriormente escapó de la cárcel con la probable ayuda de agentes estatales y en 1981 viajó al Vaticano, donde atentó contra Juan Pablo II.
El papa Juan Pablo II visitó a Agça dos años más tarde en la prisión italiana en la que este cumplía cadena perpetua y le perdonó. En el año 2000, el sicario fue deportado a Turquía, donde permaneció otros diez años encarcelado, hasta su liberación en 2010.
A lo largo de los años, Agça difundió numerosas explicaciones contradictorias sobre los motivos de su atentado contra Juan Pablo II y sobre quiénes habrían ordenado la acción, con una última versión en la que lo presentaba como “un plan divino” ideado por el propio Vaticano. En distintas ocasiones, también se declaró católico o incluso protagonista del “mayor milagro del cristianismo, el secreto de Fátima”.
EFE
