El papa León XIV hizo este martes un llamamiento urgente para que cesen los ataques y las hostilidades en Medio Oriente y advirtió que la lucha armada no conlleva ningún beneficio, en un mensaje pronunciado en el aeropuerto de Beirut antes de abandonar Líbano para regresar a Roma.
En el que fue descrito como el discurso más contundente de su viaje, el pontífice expresó su deseo de que “todo Medio Oriente se comprometa con este espíritu de fraternidad y de esfuerzo por la paz, incluso quien hoy se considera enemigo”.
“A todos extiendo mi abrazo y mi deseo de paz. Y también reitero un llamamiento urgente: que cesen los ataques y las hostilidades. Que ya nadie crea que la lucha armada conlleva algún beneficio. Las armas matan; la negociación, la mediación y el diálogo edifican. ¡Elijamos todos la paz como camino, no solo como meta!”, dijo León XIV en el aeropuerto de la capital libanesa.
La visita del Papa a Líbano tuvo lugar pocos días después de un ataque de Israel al sur de Beirut, en una nueva violación de la tregua firmada hace un año, en el que fue asesinado uno de los integrantes del grupo chií libanés Hezbolá. Antes de su llegada, Hezbolá había pedido al pontífice en una carta abierta que durante su estancia “rechace” las agresiones de Israel contra el país.
El acuerdo logrado hace un año, mediado por Francia y Estados Unidos, establecía que Israel debía cesar las hostilidades y retirar por completo sus tropas del sur del Líbano, mientras que Hezbolá debía replegar a sus combatientes y desmantelar su infraestructura militar. Sin embargo, según datos recopilados por el periódico libanés L’Orient-Le Jour, el Ejército israelí ha violado el alto el fuego más de 12.000 veces con el objetivo de eliminar a Hezbolá, en ataques en los que han muerto más de 300 personas.
León XIV señaló que estaba muy contento de haber podido cumplir el sueño de Francisco de visitar Líbano y se declaró emocionado por la “breve visita” realizada por la mañana al puerto de Beirut, “donde la explosión ha devastado no solo un lugar, sino tantas vidas” y donde rezó por las víctimas. “Llevo conmigo el dolor y la sed de verdad y de justicia de tantas familias, de todo un país”, destacó.
Los habitantes de Beirut reclaman que se esclarezca la verdad y se haga justicia por la explosión en la que fallecieron más de 200 personas, hubo miles de heridos y una enorme devastación, en un contexto en el que las investigaciones sobre el suceso se encuentran estancadas.
Durante el viaje, el Papa se ha mostrado muy prudente al describir la situación en Líbano, pero en su saludo final quiso dirigirse a los libaneses a los que no pudo visitar: “Trípoli y el norte, la Becá y el sur del país, que viven de modo particular una situación de conflicto y de incertidumbre”.
León XIV se despidió de Líbano citando a San Juan Pablo II: “El Líbano, más que un país, es un mensaje, Aprendamos a trabajar juntos y a esperar juntos, para que así sea”.
EFE
